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Dos guardias nacionales y dos agentes de seguridad tunecinos murieron este miércoles al suicidarse con un cinturón explosivo un presunto yihadista que había sido rodeado en una casa de la ciudad de Tataoine, en el sur de Túnez.

Las fuerzas tunecinas habían llegado hasta el escondrijo del suicida tras matar en a capital a otros dos supuestos yihadistas y arrestar a 16 más, de los que supuestamente extrajo la información que les llevó a la casa de Tataoine.

Según explicaron a Efe fuentes de seguridad, antes de que el yihadista accionara el cinturón explosivo se entabló un intenso tiroteo con otro sospechoso, que fue abatido de un tiro por los agentes cuando trataba de huir.

Pocas horas antes, unidades de lucha antiterrorista tunecinas habían matado a dos presuntos yihadistas y arrestado a 16 más en la localidad de Mhira, en la periferia de la capital.

Según fuentes de seguridad, los sospechosos estaban vinculados con el intento de asalto masivo a un comisaria y una caserna que dos centenares de fanáticos emprendieron sin éxito el pasado marzo en la localidad meridional de Ben Guerdan, fronteriza con Libia.

Durante el operativo, los agentes se incautaron, además, de varias pistolas y fusiles de asalto tipo Kalahnikov, además de una gran cantidad de munición, teléfonos móviles y distinto material informático, agregaron.

Los terroristas habían llegado desde distintos lugares se preparaban para perpetrar atentados coordinados, concluyeron las fuentes, sin añadir otros detalles.

Con una población de cerca de 11 millones de habitantes y una cifra aproximada de entre 5.000 y 7.000 ciudadanos incorporados a organizaciones radicales islámicas armadas, Túnez está considerado el principal proveedor mundial de yihadistas en relación a su número de habitantes.

Único país árabe en el que sigue en marcha un proceso de transición tras las revueltas de 2011, en 2015 sufrió tres graves atentados yihadistas que segaron la vida de 72 personas, 60 de ellas turistas foráneos y hundieron el turismo, una de sus principales fuentes de ingresos.

Esta misma semana, el ministerio de Interior anunció que unidades de la lucha antiterrorista desmantelaron un supuesta célula yihadista que actuaba desde el interior del Instituto Superior de Deportes de la ciudad meridional de Sfax, principal puerto comercial del país.

En un comunicado, la fuente explicó que la supuesta célula estaba constituida por seis estudiantes del citado centro y se dedicaba a captar a compañeros para que se sumaran a la lucha armada y a los movimientos radicales.

El miembro más activo del grupo tenía relación con uno de los yihadistas que fueron abatidos a tiros el pasado en marzo Ben Guerdan, capital del tráfico ilegal en Túnez

Horas antes, el propio ministerio de Interior había revelado que las fuerzas de Seguridad y los servicios de Inteligencia evitaron en los últimos cinco meses que cerca de 2.000 ciudadanos tunecinos abandonaran el país para y se sumaran a grupos yihadistas en Oriente Medio y el norte de África.

En declaraciones a los medios, su portavoz, Yaser Mesbah, explicó que durante el mismo periodo ambas fuerzas lograron desarticular, además, 33 supuestas células terroristas y llevaron ante la justicia a 1.400 sospechosos por su presunta vinculación con organizaciones radicales islámicas.