El presidente de Siria, Bachar al Asad, durante la entrevista exclusiva concedida a la Agencia Efe, el jueves 10 de diciembre, en su oficina de trabajo en Damasco. | Efe

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Francia, Reino Unido y otros países occidentales, además de Turquía y Arabia Saudí, apoyan directamente al terrorismo que opera en Siria e Irak, dijo el presidente sirio, Bachar al Asad, en una entrevista difundida este miércoles por la agencia rusa RIA Nóvosti.

«El terrorismo es un problema de todos. Es apoyado directamente por Turquía, por la familia real de Arabia Saudí, y por una parte de los Estados occidentales, sobre todo Francia y Reino Unido», dijo Asad.

El resto de los países occidentales, agregó el líder sirio, «observan, sin emprender nada serio» para solucionar el problema.

Asad también explicó su visión de las negociaciones de paz de Ginebra, aunque no se refirió a su propio futuro durante la transición que se negocia en Suiza y que es de hecho el principal escollo que impide avanzar en el proceso para poner fin a la guerra civil.

El presidente sirio exhibió otra diferencia entre su postura y la delegación de la oposición que participa en el proceso de Ginebra: Damasco no acepta la formación de un «órgano ejecutivo de transición», sino que apuesta por un «Gobierno de unidad nacional que redacte una nueva Constitución».

«Ni en la Constitución siria ni en la de ningún otro país se prevé algo que se llame órgano de poder de transición. No tiene lógica y es inconstitucional. ¿Cuáles serían las atribuciones de ese órgano? ¿Quién va a poner nota a su trabajo?», se preguntó Asad.

Lo que sí hay, recalcó, «es una Constitución y un Consejo Nacional (Parlamento) que regulan la actividad del Gobierno y del Estado, y por eso la solución es un Gobierno de unidad nacional que debe redactar una nueva Constitución».

El líder sirio subrayó que es pronto para negociar «el formato de transición» en Siria, y lo que sí se debe hacer ahora es negociar la formación de un Gobierno integrado «por diversas fuerzas políticas sirias: opositores, independientes, miembros del actual Gobierno y otros».

Asad reconoció que por ahora «no se puede decir que se haya conseguido algo en las conversaciones de Ginebra» y explicó que las partes trabajan en un documento que debe establecer «unos principios básicos sobre los que se construirán las negociaciones».

«Sin esos principios, las negociaciones se vuelven caóticas y no llevan a ninguna parte, dejan espacio para que las partes muestren empecinamiento y permiten la injerencia de otros países"», añadió.

Tras dos rondas de negociaciones, Damasco y la oposición no se han sentado aún cara a cara, precisamente porque no han sido capaces de superar las líneas rojas que se ponen unos a otros para iniciar el proceso.

Así, mientras Estados Unidos y la oposición exigen que el presidente sirio renuncie a seguir en el futuro sobre la escena política, Rusia y Damasco insisten en que eso lo deberá decidir el pueblo sirio, con lo que dejan la puerta abierta para que Asad se vuelva a presentar a unas elecciones.

En una reunión celebrada en Viena antes de las negociaciones de Ginebra, una veintena de países con intereses e influencia en los dos bandos enfrentados en Siria acordaron que el poder debe ser transferido a un órgano de gobierno transitorio que cree las condiciones para redactar una nueva Constitución y organizar elecciones libres.

Esas elecciones deberían tener lugar de aquí a un máximo de 18 meses, según el calendario acordado por el Consejo de Seguridad de la ONU.