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Corea del Norte ha propuesto la firma de un tratado de paz y planteado el posible cese de sus ensayos nucleares a cambio de que Estados Unidos y Corea del Sur abandonen sus ejercicios militares conjuntos.

El ensayo nuclear del pasado 6 de enero fue sólo una «medida de auto-defensa para defender la soberanía del país y garantizar la paz y la seguridad regional», reiteró un portavoz del Ministerio norcoreano de Asuntos Exteriores en un comunicado recogido hoy por la agencia estatal de noticias norcoreana KCNA.

«Todas las propuestas para preservar la paz y la estabilidad en la península (coreana) y el norte de Asia siguen siendo válidas, incluido el cese de nuestras pruebas nucleares y la firma de un tratado de paz a cambio de que Estados Unidos ponga fin a los ejercicios militares conjuntos con Corea del Sur», indicó el texto.

El régimen norcoreano indicó que el desarrollo nuclear del país asiático responde a los actos hostiles «rutinarios» de EE.UU. contra Corea del Norte, que ha decidido desarrollar simultáneamente los frentes económico y nuclear para lidiar con ello.

«Ahora EE.UU. deberá acostumbrarse al estatus de Corea del Norte como un Estado nuclear, tanto si le gusta como si no», sentenció el portavoz norcoreano, quien avisó de que Pyongyang «reforzará sus capacidades de ataque nuclear para hacer frente a las provocaciones amenazantes, pero no usará deliberadamente armas nucleares».

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Pyongyang no está interesado en agravar la situación, ya que está «centrando todos sus esfuerzos en el desarrollo económico del país», para cuya consecución «es más necesario que nunca una situación estable y un clima de paz», argumentó el texto.

El régimen norcoreano criticó además la reanudación de la «guerra psicológica» de las emisiones de Seúl, -a quien calificó de «marioneta» de Estados Unidos-, ya que constituyen «una provocación no relevante para el normal proceso de las relaciones conjuntas».

Pyongyang acusó a Washington de estar «trabajando duro para traer nubes negras de una guerra nuclear» junto a Seúl, y de amenazar el desarrollo económico del país con sus «prisas» para obtener nuevas sanciones para el Norte en Naciones Unidas.

«Dichas provocaciones y actos hostiles contra la República Popular Democrática de Corea (DPRK)-nombre oficial de Corea del Norte- no se limitarán a contribuir a la escalada de tensión en la península, sino que llevarán inevitablemente a una guerra», concluye el texto.

El ensayo nuclear subterráneo anunciado el pasado 6 de enero por Pyongyang ha incrementando nuevamente la tensión en la península coreana, generado la protesta casi unánime de la comunidad internacional y llevado al Consejo de Seguridad de la ONU a meditar nuevas y más duras sanciones contra Corea del Norte.