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La canciller alemana, Angela Merkel, apostó este sábado por endurecer la legislación para los refugiados que delincan, tras los sucesos de Nochevieja en la ciudad de Colonia, y defendió reformas para retirar el derecho de asilo y facilitar la expulsión de quienes sean condenados incluso a penas inferiores a dos años.

La dirección de su partido, la Unión Cristianodemócrata (CDU), se reunió en Maguncia (oeste de Alemania) y puso sobre la mesa un extenso catálogo de medidas en respuesta a un escándalo que ha sacudido al país.

Según los últimos datos facilitados por la policía de Colonia, se han recibido ya 379 denuncias por delitos presuntamente cometidos ante la estación de tren en la última noche del año, el 40 % por agresiones sexuales.

En un comunicado, la policía señaló que la mayor parte de los individuos que investiga proceden de países norteafricanos y son «solicitantes de asilo y personas que se encuentran de manera ilegal en Alemania», aunque todavía se estudia si se les puede acusar de delitos concretos y en qué grado.

«Lo ocurrido en Nochevieja son repugnantes actos criminales que exigen respuestas decididas», dijo Merkel en rueda de prensa, convencida de que los ciudadanos exigen «hechos» y no sólo palabras.

«Es en interés de los ciudadanos alemanes, pero también de la gran mayoría de los refugiados que están con nosotros, y por eso es totalmente correcto», aseguró la canciller.

En la denominada «Declaración de Maguncia», la CDU plantea retirar el derecho de asilo a los refugiados condenados tanto a prisión como a libertad condicional, que suele aplicarse en penas menores de dos años, y rebajar los límites para la deportación de delincuentes extranjeros.

«Los delincuentes que, por ejemplo, de manera reiterada cometen robos o insultan a las mujeres deben también experimentar la dureza de la ley», manifestó, tras señalar que presentará estas propuestas a los socios socialdemócratas de la gran coalición de gobierno para su aprobación.

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El documento de la CDU plantea también endurecer las penas para los delitos sexuales, que se considere violación cuando la víctima haya dicho claramente «no», aunque no haya coacción o violencia, y que se castiguen penalmente comportamientos como el acoso sexual.

Las filas conservadoras proponen, asimismo, obligar a los inmigrantes a suscribir «acuerdos vinculantes de integración» y abogan por dar mayores poderes a la policía para realizar controles.

Según Merkel, los sucesos de la Nochevieja han puesto de manifiesto que las actuales leyes son insuficientes y generan inseguridad en la población.

El movimiento de corte xenófobo Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente (Pegida) aprovechó la tensión generada en el país para convocar una manifestación en Colonia, donde reunió a cerca de 1.700 personas, según estimaciones de la prensa local.

La marcha, apoyada por la formación ultraderechista «Pro Köln», fue disuelta por los agentes antidisturbios con cañones de agua, ante el lanzamiento de botellas y petardos por parte de grupos de manifestantes, identificados por varios medios como miembros de la agrupación «Hooligans contra Salafistas».

Este movimiento ultraderechista protagonizó una batalla campal en Colonia en 2014, cuando sus integrantes se enfrentaron a la policía y cincuenta agentes resultaron heridos.

Las autoridades habían desplegado un dispositivo con alrededor de 1.700 agentes para evitar enfrentamientos e incidentes, ante la convocatoria también de una contramanifestación de grupos antifascistas, a la que se sumaron unas 1.300 personas.

Poco antes de comenzar esas dos manifestaciones, un millar de mujeres se concentraron contra el racismo y el sexismo en las escaleras de la emblemática catedral de la ciudad, frente a la plaza de la estación de tren escenario de los sucesos de Nochevieja.