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Al menos 289 personas perdieron la vida y 559 resultaron heridas en los enfrentamientos entre los insurgentes talibanes y la contraofensiva nacional e internacional en la provincia afgana de Kunduz entre el 28 de septiembre y el 13 de octubre de este año.

Estas cifras preliminares son el resultado de un estudio conjunto elaborado por el alto comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos y la Misión de Asistencia de la ONU en Afganistán (UNAMA), dado a conocer este sábado.

El periodo estudiado cubre el ataque talibán y la ocupación temporal de la ciudad de Kabul por este grupo, así como el periodo que duró la contraofensiva hasta volver a reconquistar la ciudad.

La gran mayoría de las víctimas se deben a los combates en tierra «por lo que no se pueden atribuir a una sola parte envuelta en el conflicto», especifica el estudio.

Las cifras incluyen las 67 víctimas (30 muertos y 37 heridos) resultado del bombardeo por parte de fuerzas estadounidenses contra un hospital regentado por la ONG Médicos sin Fronteras el 3 de octubre.

Además de las muertes, el informe documenta asesinatos arbitrarios, secuestros, amenazas y acoso.

Asimismo, se denuncia el uso de niños soldados en el conflicto.

Todos estos resultados preliminares se compilarán y ampliarán en el informe anual sobre protección de civiles en conflictos armados en Afganistán que será presentado por las mismas instituciones ulteriormente.

El ataque a Kunduz fue el combate urbano más prolongado en el país desde 2001.

El informe se publica el día en que al menos seis agentes de seguridad, entre ellos dos policías españoles, perecieron en un ataque de los talibanes en Kabul, la capital del país, donde el total de muertos del asalto asciende a diez.