El papa Francisco saluda a los cubanos desde su papamóvil. | Efe

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Miles de cubanos dieron la bienvenida al Papa en su primera visita oficial a Cuba, donde fue recibido este sábado a su llegada por el presidente, Raúl Castro, quien le agradeció su contribución al restablecimiento de relaciones con EE.UU y su interés en los problemas sociales y medioambientales del mundo.

En su discurso de bienvenida, Castro dio las gracias a Francisco por el apoyo de la diplomacia vaticana en ese acercamiento, un «primer paso» para la normalización de relaciones entre Cuba y EE.UU, que, después de más de medio siglo de enemistad, «requerirá resolver problemas y reparar injusticias», como el bloqueo «cruel, inmoral e ilegal».

A su llegada al aeropuerto de La Habana, a la hora prevista de las 16.00 hora local (20.00 GMT) le recibieron al pie de la escalinata del Airbus A330-200 de la compañía Alitalia en el que viajó, el presidente cubano Raúl Castro y el cardenal Jaime Ortega, máximo responsable de la Iglesia Católica de la isla.

Al acto de bienvenida también asistieron el vicepresidente de la isla, Miguel Díaz-Canel; el canciller Bruno Rodríguez y miembros de la jerarquía católica de Cuba.

Un saludo militar a cargo de una guardia de honor, seguido de los himnos de Cuba y el Vaticano, precedieron a los discursos, primero de Raúl Castro y luego del pontífice, el tercero que visita la isla en 17 años.

En su saludo al Papa, Castro afirmó que ha seguido «con mucha atención» sus pronunciamientos sobre temas sociales y su encíclica «Alabado Seas», referida «al futuro, el cuidado del planeta y la humanidad», que le motivaron una «profunda reflexión».

Estas impresiones de Francisco «serán referentes» para Castro en sus discursos en la cumbre sobre la agenda de desarrollo Post-2015 en la Asamblea General de la ONU, en la que el presidente cubano participará por primera vez la próxima semana.

«Comienzan a tener un eco creciente en el mundo su análisis de las causas de estos problemas y el llamamiento a la salvaguarda del planeta y la supervivencia de nuestra especie, al cese de la acción depredadora de los países ricos y las grandes transnacionales».

Sobre la visita de Francisco, indicó que será «trascendente y enriquecedor» el encuentro del pontífice con un pueblo «trabajador, instruido, abnegado, generoso, con profundas convicciones, valores patrióticos».

Castro recordó que este año se conmemoran 80 años del aniversario de los vínculos ininterrumpidos entre la Santa Sede y Cuba, que «son buenas y se desarrollan favorablemente sobre la base del respeto mutuo» y, sobre la relación con la Iglesia cubana, indicó que se desarrolla en «un clima edificante».

Tras el acto de bienvenida, Francisco se trasladó hasta la nunciatura de La Habana en un papa-móvil descubierto construido para la ocasión en Cuba, un recorrido de 18 kilómetros en el que le acompañaron miles de cubanos para celebrar su visita portando banderas, carteles y vitoreando al pontífice con entusiasmo.

Unas 100.000 personas salieron a las calles para recibirle, en una muestra de agradecimiento hacia el Papa que ayudó a restablecer las relaciones entre la isla y Estados Unidos, y al que ven con «respeto y admiración» más allá de credos y religiones.

«Estamos aquí para recibir al Papa, a apoyarlo, como siempre vamos a apoyar a todos los presidentes, a todas las personalidades que quieran ayudar a nuestro país», aseguró a Efe Vivian, una habanera que acudió a saludar a Francisco junto a sus colegas de trabajo.

Para Teresa, una jubilada que recuerda todavía la visita de Benedicto XVI en 2012, venir a recibir al obispo de Roma es «algo que el pueblo le debe», por el «honor» que representa que «un personaje como ese visite Cuba» y que se «preocupe» por los cubanos.

«Todo el mundo respeta al Papa, y sobre todo a este Papa, por lo que nos ha ayudado, y estamos aquí aunque no seamos creyentes», insistió por su parte Juan Enrique, mientras sostenía dos banderas: una de Cuba y otra amarilla y blanca del Vaticano.

Para los cubanos, Francisco sobre todo es la persona que se ha «puesto al lado de los pobres» y del que quieren «recibir bendiciones», no solo por ser el pontífice, sino «sobre todo» por «ser latinoamericano», advirtió Alfredo, quien afirma que está seguro que los cubanos lo harán sentirse como «en casa».