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El Banco Central Europeo (BCE) mantiene la cantidad de liquidez de emergencia máxima que los bancos griegos pueden pedir al Banco de Grecia en 89.000 millones de euros pero va a aplicar recortes de valor a los activos que presenten como garantía.

El BCE sigue ayudando a los bancos griegos para que no quiebren pero, de este modo, incrementa la presión al Gobierno de Atenas para que llegue a un acuerdo con sus socios europeos un día después de que la población griega rechazara en un referéndum las medidas de ahorro y las reformas reclamadas por los acreedores.

El consejo de gobierno del BCE informó de que discutió este lunes una propuesta presentada por el Banco de Grecia para un incremento, pero al final decidió mantener este nivel máximo de la provisión urgente de liquidez.

El Banco de Grecia solicitó un aumento de este máximo de 3.000 millones de euros adicionales, según algunos medios de comunicación, si bien el BCE no dio cifras concretas.

Este lunes se informó en Atenas de que el corralito se mantendrá en Grecia al menos hasta el próximo jueves.

La provisión urgente de liquidez sólo se puede proporcionar a los bancos a cambio de suficientes garantías, explicó la entidad monetaria europea.

"La situación financiera de la República Helénica tiene un impacto en los bancos griegos ya que las garantías que utilizan en las operaciones de provisión urgente de liquidez dependen en gran medida de activos vinculados al gobierno", señaló el BCE.

Por esa razón, decidió ajustar los recortes de valor que aplica a los activos de garantía que el Banco de Grecia acepta para proporcionar liquidez de emergencia, es decir que va a dar menos dinero a los bancos griegos por cada activo que presenten.

Los activos que los bancos griegos presentan como garantía son la deuda soberana helena y la deuda emitida por bancos y garantizada por el Gobierno griego, que ha sido degradada de nuevo por las agencias de calificación a grado extremadamente especulativo y cercano a la insolvencia.

Las agencias consideran que ha aumentado el riesgo de impago y es menor la probabilidad de que el país se mantenga en la zona del euro.

Asimismo el BCE hizo hincapié en que observa de cerca la situación en los mercados financieros y las implicaciones potenciales para la política monetaria y para el equilibrio de riesgos para la estabilidad de precios.

"El consejo de gobierno está determinado a usar todos los instrumentos disponibles dentro de su mandato", señaló el BCE.

Los mercados financieros reaccionaron este lunes con relativa calma al resultado del referéndum del domingo.

El euro se cambió por encima de 1,10 dólares y, aunque cayó de forma más notablemente en la negociación asiática del mercado de divisas, lo hizo menos que el 29 de junio tras conocerse la celebración del referéndum.

Las bolsas europeas presentaron pérdidas entre el 0,8 y el 4 % y las primas de riesgo de España, Italia y Portugal se mantuvieron en niveles elevados.

Los analistas coinciden en que se va a mantener un alto nivel de volatilidad en los mercados financieros los próximos días, pero también destacan que el BCE tiene esta vez las herramientas necesarias para frenar un contagio.

El BCE ha comprado hasta el 3 de julio deuda pública de la zona de la moneda única por valor de 204.666 millones de euros.

La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, François Hollande, se reunieron hoy en París y dijeron que la puerta "sigue abierta" para las negociaciones con Grecia, pero que le corresponde a este país presentar una nueva propuesta aceptable.

El gobernador del Banco Nacional de Austria, Ewald Nowotny, dijo que las condiciones para el rescate no han mejorado.

El BCE no puede reestructurar la deuda griega que tiene en sus carteras ya que ello sería financiación estatal y contravendría los tratados fundacionales de la zona del euro, según el gobernador del Banco de Francia, Christian Noyer, que también es miembro del consejo de gobierno del BCE.

La deuda de Grecia está ahora principalmente en manos de acreedores públicos, que son los gobiernos de la zona del euro, del BCE y del Fondo Monetario Internacional (FMI), y asciende a 325.000 millones de euros.

Desde el pasado 26 de junio, el BCE ha mantenido la cantidad máxima del programa de provisión urgente de liquidez para los bancos griegos en 89.000 millones de euros, lo que obligó a Grecia a introducir controles de capital y restricciones muy fuertes al efectivo que los ciudadanos pueden sacar de los cajeros automáticos.

Los analistas económicos coinciden en que tras el claro voto en contra de las medidas de austeridad de los acreedores en el referéndum, aumenta la posibilidad de que Grecia salga de la zona del euro.