Policías frente a la casa del doctor contagiado de ébola en Nueva York. | EDUARDO MUNOZ

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Las autoridades de Nueva York confirmaron hoy el primer caso de ébola en el estado, que afecta a un médico que había trabajado en Guinea, y aseguraron que «no hay motivo de alarma» porque la ciudad lleva meses preparándose para esta situación.

«Las posibilidades de que el neoyorquino promedio contraiga el ébola siguen siendo muy muy pequeñas», afirmó el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, en una rueda de prensa con otras autoridades del estado.

El paciente, identificado por fuentes oficiales como Craig Spencer, estuvo trabajando en Guinea con la organización humanitaria Médicos sin Fronteras hasta que salió del país, el pasado 14 de octubre, y tres días después regresó a Nueva York, donde vive, tras hacer una escala en Europa.

«Hemos estado preparándonos por meses para esto», afirmó De Blasio, que estaba acompañado, entre otros, por el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, así como por responsables de salud del estado.

La encargada de salud de la ciudad, Mary Travis Bassett, dijo que la prueba positiva de que el paciente estaba infectado por el virus del ébola se hizo en el hospital donde quedó ingresado, en el Bellevue.

No obstante, señaló que se realizará otro análisis en laboratorios de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC), con sede en Atlanta, y los resultados se conocerán en las próximas 24 horas.

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El paciente, de 33 años, cuyo nombre no fue facilitado en la rueda de prensa, aunque había sido dado previamente por fuentes oficiales, estuvo trabajando en Guinea hasta el 12 de octubre y dos días después salió de allí para emprender el regreso a Estados Unidos.

Llegó a Nueva York el 17 de octubre, por el aeropuerto JFK, después de una escala en una ciudad europea no identificada, y desde entonces realizó una vida normal hasta que esta mañana comenzó a sentir fiebre y otros síntomas propios del ébola.

Los responsables de salud resaltaron que, afortunadamente, se trata de un profesional médico, que además prestó servicios en Guinea, uno de los tres países más afectados por la epidemia, y que está al corriente de todos los protocolos de seguridad.

Las autoridades han puesto en cuarentena a tres amigos y a la prometida del médico, las personas que han estado más cerca de él desde que regresó a Nueva York. Como no tienen síntomas no les han hecho una prueba para saber si pueden haberse infectado.

Insistieron en que, aunque en fechas previas viajó en el metro de Nueva York no hay razón para pensar que pudo haber infectado a algún otro pasajero porque el ébola se contagia sólo con fluidos y sólo cuando hay síntomas de la enfermedad.

El caso de Nueva York es el cuarto que se produce en Estados Unidos. Un liberiano, Thomas Duncan, que estaba visitando a familiares en Dallas, murió el pasado 8 de octubre por el ébola.

Dos enfermeras que trataron a este último durante su permanencia en un hospital también se vieron infectadas, pero se están recuperando.