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Los violentos enfrentamientos entre la policía y el movimiento Occupy de Hong Kong a lo largo de este fin de semana marcan de forma esencial la antesala del primer diálogo entre el Gobierno y los estudiantes, fijado para el martes.

En el distrito de Mong Kok, ubicado en la península de Kowloon, tuvo lugar en los pasados dos días uno de los enfrentamientos más violentos vividos hasta ahora desde que estallara la revuelta popular el 28 de septiembre.

Miles de personas y cientos de policías, en los momentos de mayor tensión, protagonizaron violentos encontronazos en las madrugadas del sábado y del domingo por tratar de retomar las calles del distrito que, a primera hora del viernes, la policía había intentado despejar de barricadas y manifestantes.

En total, 36 personas fueron detenidas a lo largo del fin de semana, mientras que los heridos, entre manifestantes y policía, se contaron por decenas.

La policía acusa a los manifestantes de provocar el jaleo callejero al convocar a cientos de personas a salir a las calles e incitarles a cargar contra los agentes a través de mensajes difundidos por internet, según dijo el cuerpo de seguridad a través de un comunicado.

Por su parte, desde el movimiento Occupy se critica a la policía por el empleo de excesiva fuerza para controlar a los manifestantes, que en su mayor parte acuden a las concentraciones de forma pacífica.

En un intento de detener la escalada de enfrentamientos callejeros, las autoridades y las organizaciones que lideran el movimiento Occupy se sumaron a condenar la violencia vivida en el distrito de Mong Kok este fin de semana.

La número dos del Ejecutivo de Hong Kong, Carrie Lam, pidió calma en las calles.

De otro lado, el cofundador del movimiento Occupy, Chan Kin-man, y el dirigente estudiantil de la Federación de Estudiantes, Lester Shum, ambas organizaciones al frente de las protestas, dejaron claro este fin de semana que las conversaciones y la no violencia deben ser el único camino a seguir.

El próximo martes 21 cinco representantes del Gobierno de Hong Kong y cinco miembros de la Federación de Estudiantes, organización elegida por las autoridades como interlocutora del movimiento Occupy, se sentarán por primera vez frente a frente para tratar de poner fin a la revuelta social y política que cumple hoy 22 días.

Carrie Lam liderará las conversaciones por parte del Gobierno, que ya dejó claro que no habrá vuelta atrás a la decisión de la Asamblea Popular Nacional (ANP, Legislativo chino).

Esa postura deja pocas posibilidades de alcanzar un acuerdo con los manifestantes, quienes exigen la libre elección popular de los candidatos a la jefatura de Gobierno para 2017, mientras Pekín insiste en forzar a que un comité compuesto por 1.200 miembros (nombrados en su mayoría por el Partido Comunista) seleccione a los aspirantes.

«La decisión de la Asamblea Nacional Popular sobre la reforma electoral no puede ser revisada para 2017», zanjó Leung Chin-yung, el jefe de Gobierno de Hong Kong, el pasado jueves cuando anunció su disposición a usar la vía del diálogo para tratar de frenar la revuelta social.

Ambas partes están cerrando ahora los términos de este primer encuentro, que será televisado, a petición del movimiento Occupy.

La del martes será la primera de las varias citas previstas en esta ronda de negociaciones, si es que ninguna de las dos partes se echa atrás, como ocurrió el pasado 9 de octubre, cuando el Gobierno canceló in extremis las negociaciones 24 horas antes de que se fuera a producir el primer encuentro.

Pese a que la cifra de manifestantes sigue reduciéndose, los estragos que el corte de calles está generando aún alteran el tráfico y la normalidad en Hong Kong, con vías de tres puntos de la ciudad bloqueadas durante 22 días consecutivos, lo que ya exaspera a algunos honkonguenses.