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Ucrania y Rusia efectuaron este domingo el primer canje de soldados que cruzaron la frontera común desde el estallido del conflicto ucraniano, aunque Kiev mantiene que los diez paracaidistas rusos liberados entraron en su territorio intencionadamente.

«Las negociaciones no fueron nada fáciles. Con todo, reinó el sentido común y todo terminó bien. Lo principal es que los chicos ya están con nosotros, en Rusia. Quiero subrayar que nosotros nunca abandonamos a los nuestros», dijo a la prensa Alexéi Ragozin, comandante adjunto de las Fuerzas Aerotransportadas de Rusia.

Esos diez soldados rusos fueron apresados el 25 de agosto pasado tras cruzar ilegalmente la frontera, incidente que confirma, según el mando militar ucraniano, la presencia de tropas regulares rusas en su territorio para ayudar a los separatistas prorrusos.

Al considerar que entraron conscientemente en Ucrania en carros de combate y blindados, aunque no ofrecieron resistencia, los paracaidistas fueron detenidos, interrogados y trasladados a Kiev, donde se barajó incoar contra ellos un caso penal.

Los soldados rusos, que fueron capturados junto a la localidad de Dzerkalni, a unos 20 kilómetros de la frontera con Rusia, incluso fueron protagonistas de un vídeo emitido por las fuerzas de seguridad ucranianas.

No obstante, los presidentes ruso, Vladímir Putin, y ucraniano, Petró Poroshenko, resolvieron este asunto durante la reciente cumbre de Minsk.

«Esa es la verdad. Creo firmemente que se perdieron, ya que la frontera no estaba señalizada», aseguró esta semana Putin.

Y recordó que los soldados ucranianos que cruzaron a su vez la frontera para huir de los combates siempre fueron bien tratados y, en el caso de los heridos, incluso hospitalizados.

«En una ocasión fueron 450 soldados, y hace muy poco 60, y muchos armados. Hubo casos en que entraban en nuestro territorio y decían que se habían perdido a bordo de sus blindados», señaló Putin.

Por su parte, Ragozin tachó hoy de «inadmisible» el hecho de que los soldados fueran retenidos durante tanto tiempo e incluso fueran enviados a Kiev.

«En cambio, cientos de soldados ucranianos que fueron a parar a territorio ruso fueron entregados de inmediato a Ucrania tras recibir toda clase de asistencia», afirmó.

Por su parte, Rusia entregó a la parte ucraniana a 63 miembros de la Guardia Nacional que habían cruzado la frontera tras solicitar autorización rusa para huir de los combates con los insurgentes.

«Cruzaron la frontera el pasado 27 de agosto», señaló Ragozin, quien explicó que los ucranianos habían sido trasladados a un campamento habilitado en la región de Rostov, donde recibieron toda clase de atenciones.

Los insurgentes de la autoproclamada república popular de Donetsk también informaron hoy sobre la liberación de más de 200 soldados ucranianos que habían hecho prisioneros durante las últimas semanas.

Con todo, hoy, según Ígor Lisenko, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa ucraniano, otro grupo de paracaidistas rusos ha sido hecho prisionero a la salida de Ilovaisk, según informa la agencia UNIAN.

Lisenko explicó que, como Ucrania y Rusia no están en guerra, los soldados rusos no son prisioneros de guerra, sino detenidos.

A su vez, según medios locales, una parte de las tropas ucranianas parece haber roto el cerco al que les sometían desde hace días los separatistas en la localidad de Ilovaisk, epicentro de la contraofensiva insurgente.

Según la prensa local, milicianos fuertemente armados habrían rodeado durante días a varios miles de soldados gubernamentales con la ayuda de las tropas y carros de combate rusos.

Mientras, según los separatistas, más de 120 soldados ucranianos habrían muerto o recibido heridas en las últimas horas al intentar romper el cerco sin aceptar deponer sus armas.

El batallón de voluntarios «Crimea» confirmó un gran número de bajas en sus filas, que se habrían producido cuando las fuerzas leales a Kiev fueron atacadas al iniciar el repliegue a través del corredor acordado con los rebeldes.

«Ese es el corredor que nos preparó Rusia: cientos de cadáveres y decenas de prisioneros. No había ningún corredor. Nuestra columna fue tiroteada a discreción», señala la nota colgada por el batallón en su página de Facebook.

Putin llamó en la madrugada del viernes a los rebeldes prorrusos a abrir un corredor para el repliegue de los soldados ucranianos cercados, aunque estos pusieron como condición que las fuerzas leales a Kiev abandonaran todo su armamento.

La guerra es cada vez más impopular en Ucrania y, según los últimos sondeos, sólo la mitad de la población apoya la ofensiva contra los rebeldes prorrusos, mientras un tercio está en contra de esta guerra que ha costado ya la vida a unos 800 soldados ucranianos.