Soldados ucranianos ayer antes de un ataque a prorrusos en la localidad de Maryinka. | ROMAN PILIPEY

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El presidente ruso, Vladímir Putin, anunció ayer el envío de un convoy humanitario al este de Ucrania, pese a los recelos de EE UU y la Unión Europea, que temen que se trate de un pretexto para una intervención armada

Putin justificó su decisión por «las catastróficas consecuencias de la operación militar de las autoridades de Kiev en las regiones del sureste de Ucrania y la necesidad de un suministro urgente de ayuda humanitaria en la zona de conflicto».

Preocupación

La ayuda humanitaria rusa tendría como destino la ciudad rebelde Lugansk, cercada desde hace semanas por las fuerzas gubernamentales y donde no hay ni agua, ni luz, ni gas y se produce una alarmante escasez de alimentos

En una conversación telefónica, Putin comunicó su decisión al presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, quien le respondió con una clara advertencia contra «toda acción militar unilateral» bajo cualquier pretexto, incluido el humanitario.

Por su parte el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, respaldó una misión humanitaria en el este de Ucrania bajo la égida del Comité Internacional de la Cruz Roja, pero con participación no sólo de Rusia, sino también de la Unión Europea y otros países.