Dos palestinos arrojan piedras con hondas contra soldados israelíes durante una manifestación en la ciudad cisjordana de Hebrón. | ABED AL HASHLAMOUN

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La Operación Margen Protector multiplicó su fuerza tras fracasar un nuevo alto el fuego. La ofensiva israelí se ha convertido ya en el más sangriento de los enfrentamientos entre Israel y Hamás. Tras 25 días de ofensiva israelí contra la Franja de Gaza, según fuentes del Ministerio de Salud gazatí, más de 1.500 palestinos han muerto en los bombardeos, 120 sólo en el día de ayer. De ellos, la mayoría, más del 70 por ciento, son civiles.

Israel también registra sus peores balances: 59 israelíes han muerto, tres de ellos civiles. Todos los intentos por lograr un alto el fuego han fracasado y ambas partes se acusan de violar los acuerdos de tregua humanitaria. El último de ellos, alcanzado el pasado jueves y que debía durar tres días, saltó por los aires a las escasas horas.

Los residentes del sur de Gaza dijeron que los carros de combate y cazabombarderos israelíes bombardearon intensamente Rafah y que varios de sus proyectiles impactaron en un mercado público del centro de la ciudad, donde murieron decenas de personas y se registraron numerosos heridos. La consecuencia fue que miles de palestinos abandonaron ayer Rafah, al sur de la Franja de Gaza, y fronteriza con Egipto, después de que fuerzas israelíes efectuaran la dura incursión por tierra.

Mientras, el presidente estadounidense, Barack Obama, acusó ayer a Hamás de romper el alto el fuego en Gaza «apenas minutos después» de que entrase en vigor, y exigió la liberación incondicional del soldado israelí «secuestrado». «Va a ser muy difícil volver a conseguir un alto el fuego de nuevo si Israel y la comunidad internacional no confía en que Hamás puede cumplir», indicó Obama en una comparecencia por sorpresa en la sala de prensa de la Casa Blanca.

Derecho

El presidente insistió una vez más en el «derecho» de Israel a defenderse, ya que «ningún país puede tolerar que sus ciudadanos se tengan que refugiar cada 20 minutos» por ataques con cohetes. A la vez, reconoció sentirse «desconsolado» por los civiles palestinos que han muerto durante el conflicto.

«Quiero ver que se hace todo lo posible para asegurar» que no se producen bajas civiles en Gaza, subrayó. Por ello, reiteró que «el alto el fuego era una manera de detener la violencia y dar un espacio, y tratar de solucionar» los problemas entre ambas partes.

«Hay mucha rabia y desesperación y esa es una mezcla muy volátil (...) va a ser difícil, pero hay que seguir intentándolo», aseguró Obama ante las preguntas de los periodistas sobre el futuro de las negociaciones en la región. El gobernante se refería así a la reanudación de los combates en Gaza poco después de la entrada en vigor de una tregua humanitaria.