Angela Merkel, sonriente, ayer en Bundestag, a pesar del escándalo del espionaje norteamericano en su país. | SOEREN STACHE

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El escándalo en torno a las actividades de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) en Alemania cobró ayer una nueva dimensión tras la detención de un agente alemán por presunto contraespionaje, ya que al parecer filtró a EE UU información de la comisión parlamentaria creada para investigar ese asunto.

El sospechoso, de 31 años y miembro de los servicios secretos alemanes, habría estado ejerciendo durante dos años de doble agente al servicio de la NSA estadounidense, según informaciones coincidentes del semanario «Der Spiegel» y el diario «Süddeutsche Zeitung».

La detención se practicó por orden de la fiscalía federal, que el mismo jueves procedió a comunicarlo a la comisión de secretos oficiales del Parlamento y a la que investiga el escándalo del espionaje masivo de Estados Unidos, así como a la canciller alemana, Angela Merkel.

Según la edición digital de «Der Spiegel», el hombre habría confesado que vendía sus servicios a Washington y recibía las instrucciones a través de la embajada estadounidense en Berlín.

Pocos detalles

Se asegura que el presunto doble agente filtró al menos 218 documentos internos alemanes, incluidas tres actas relacionadas con las pesquisas de la comisión investigadora del Bundestag (Parlamento federal).

En un primer comunicado, la fiscalía federal informaba ayer simplemente de la detención de un hombre por sospechas de trabajar para un servicio secreto extranjero, sin ofrecer más detalles.

Asimismo, el portavoz del Gobierno alemán, Steffen Seibert, rehusó ayer dar más datos al respecto, se remitió a la escueta nota de la fiscalía y explicó que Merkel había sido informada del asunto.

El portavoz declinó comentar si la canciller había abordado la cuestión con el presidente estadounidense, Barack Obama, en la conversación mantenida el jueves en relación al conflicto de Ucrania.

Más allá de las lacónicas explicaciones de la fiscalía y el portavoz del Gobierno, el caso del presunto doble agente desató una ola de reacciones de indignación por parte de los miembros de la comisión del Bundestag que investiga las actividades de la NSA, quienes exigen el completo esclarecimiento del complejo asunto.

Las actividades de la NSA en Alemania han creado persistentes tensiones entre Berlín y Washington, sobre todo tras conocerse que el espionaje de Estados Unidos realizó escuchas a un teléfono de Merkel, cuestión que a su vez ha derivado en la apertura de un sumario por parte del fiscal federal.

Las revelaciones en torno al presunto doble agente siguen a la declaración ayer ante la comisión parlamentaria de los extécnicos de la NSA Thomas Drake y William Binney, quien afirmó que el espionaje estadounidense actúa con procedimientos propios de dictaduras.