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Una historiadora irlandesa cree que podría haber unos 800 bebés y niños enterrados en una fosa sin identificar en lo que antiguamente era un convento católico en Tuam, en el condado irlandés de Galway, informa hoy el diario «The Guardian».

Catherine Corless ha descubierto certificados de defunción que indican que cientos de niños pueden yacer en el espacio que ocupaba un tanque séptico del edificio conocido como «El Hogar», que acogía a madres solteras y que estuvo regido de 1926 a 1961 por la hermandad de monjas de Bon Secours.

Ante la polémica suscitada por este hallazgo, los líderes religiosos del condado de Galway (oeste de Irlanda) han negado tener conocimiento de las muertes y se han comprometido a recaudar fondos para construir un monumento en memoria de los 796 menores fallecidos.

Los registros descubiertos por Corless demuestran que los niños murieron principalmente por enfermedades como tuberculosis así como por infecciones, defectos de nacimiento y partos prematuros, precisa el periódico.

Una inspección gubernamental de 1944 constata malnutrición en algunos de los 271 niños que entonces vivían junto a sus 61 madres no casadas en el convento, que anteriormente había sido una casa de trabajo para indigentes adultos y que hace décadas se demolió para construir viviendas.

En la primera mitad del siglo XX, Irlanda tenía uno de los peores índices de mortalidad infantil de toda Europa.

Según Corless, la fosa fue descubierta en las últimas décadas por vecinos de la zona, que han erigido en sus cercanías un pequeño templo a la virgen María.

Los registros hallados por la historiadora confirman la existencia de los bebés muertos, por lo que una comisión local, en la que ella misma participa, ha pedido una investigación publica y la excavación del lugar, donde desean que se instale un monumento.

Según «The Guardian», el arzobispo de Tuam, Michael Neary, tiene previsto reunirse con los dirigentes de la orden del Bon Secours a fin de reunir fondos para una placa conmemorativa y celebrar un servicio religioso en memoria de los fallecidos.

El Gobierno irlandés, que de momento no se ha pronunciado sobre este caso, ha dado a conocer en los últimos tiempos cuatro grandes investigaciones sobre abusos cometidos en conventos católicos y encubiertos por las autoridades religiosas y políticas.