El presidente de Estados Unidos pasa revista a su llegada a la Academia Militar de West Point, en Nueva York. | KEVIN LAMARQUE

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El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, delineó ayer la política exterior que quiere para su país una vez marcado el cierre de las guerras de Irak y Afganistán, una estrategia apoyada en la contención y las alianzas y alejada de esquemas militaristas.

Un día después de anunciar su plan para la retirada gradual de las tropas estadounidenses en Afganistán, el mandatario trazó las bases de la política exterior que buscará para EEUU durante los casi tres años que le quedan de mandato, en un discurso centrado en responder a quienes lo tachan de excesivamente cauto.

«EEUU pocas veces ha sido más fuerte respecto al resto del mundo (que ahora)», dijo Obama en un discurso ante los cadetes de la Academia Militar de West Point (Nueva York).

Políticas partidistas

«Quienes argumentan lo contrario, quienes sugieren que EEUU está en declive, o que ha perdido su liderazgo mundial, están malinterpretando la historia o metidos en políticas partidistas», agregó.

El mandatario abogó por mantener abierta la posibilidad de recurrir a la fuerza militar de forma unilateral cuando el pueblo de EEUU «se vea amenazado o la seguridad de sus aliados esté en peligro», pero propugnó decantarse por la «acción colectiva» diplomática o militar junto a sus aliados en el resto de circunstancias.

«EEUU debe liderar en el escenario mundial. Si no lo hacemos, nadie lo hará», sentenció Obama. «Pero la acción militar no puede ser el único, ni siquiera el principal, componente de nuestro liderazgo en cada instancia», argumentó.

«Solo por que tengamos el mejor martillo no significa que cada problema sea un clavo», agregó, al recordar que, desde la Segunda Guerra Mundial, algunos de los «errores más costosos» de Estados Unidos no han procedido de su «contención», sino de haberse «precipitado a aventuras militares sin pensar en las consecuencias».