El presidente ruso Vladímir Putin, durante su comparecencia ante los medios. | Reuters

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El presidente de Rusia, Vladímir Putin, advirtió este jueves a Kiev sobre el eventual envío de tropas al este de Ucrania si no respeta los derechos de los rusos y rusohablantes, aunque apostó por el éxito de las negociaciones de Ginebra.

«Recuerdo que el Senado ruso otorgó al presidente el derecho a usar las Fuerzas Armadas en Ucrania. Confío mucho en no tener que ejercer este derecho», aseguró Putin en respuesta a una pregunta durante su tradicional «Línea Directa» con la ciudadanía.

Putin lanzó esta advertencia después de que Kiev anunciara una operación antiterrorista en la región oriental de Donetsk, de mayoría rusohablante y epicentro de la sublevación prorrusa contra el Gobierno central de Kiev, al que Moscú niega legalidad.

Seguidamente, al reunirse con la prensa, Putin manifestó que prefiere no hablar sobre los motivos que podrían llevarle a tomar la decisión de desplegar tropas en el vecino país.

«Ni siquiera quiero hablar de ello, ya que cualquier palabra pronunciada a la ligera en esta situación puede ser malinterpretada y repercutir negativamente en el desarrollo de los acontecimientos», indicó.

Y tachó de «grave crimen» el uso de la fuerza militar por parte del Gobierno de Kiev contra las milicias prorrusas que han ocupado varios edificios gubernamentales en el sureste del país.

«Han enviado tanques y aviación contra la población civil (...) Y esto es otro grave crimen de los hoy que gobiernan en Kiev. ¿Están locos? Empujan tanques, blindados y cañones. ¿Contra quién empujan los cañones? ¿Han perdido completamente la chaveta?», dijo.

Putin hizo estas afirmaciones justo cuando comenzaban en Ginebra las negociaciones a cuatro bandas sobre Ucrania entre Rusia, EEUU, la Unión Europea y Ucrania.

Al respecto, expresó su confianza en que se logren «resolver estos graves, por no decir gravísimos problemas de hoy en Ucrania, a través de medios políticos y diplomáticos».

«Tengo grandes esperanzas de que los esfuerzos que realizan los diplomáticos en Ginebra den fruto y permitan que nuestros colegas y amigos ucranianos (...) hallen el consenso que garantice los intereses de todos los ciudadanos del país, incluida la población rusohablante del sureste», apuntó.

El pasado 1 de marzo Putin pidió y recibió del Senado autorización para el uso del Ejército en territorio de Ucrania después de que los dirigentes prorrusos de la península de Crimea, anexionada por Rusia el 21 de marzo, solicitaran ayuda militar a Moscú.

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A su vez, aseguró que la clave del arreglo de la crisis en Ucrania es la garantía de los derechos de los rusos, que son varios millones, y de los rusohablantes, que son mayoría en el sureste de Ucrania.

«No se trata de qué se celebrará antes, el referéndum sobre descentralización o federalización, o las elecciones. Se trata de garantizar los derechos legales y los intereses de los rusos y los ciudadanos rusohablantes del sureste de Ucrania», dijo.

Putin subrayó: «Debemos hacer todo por ayudar a esa gente a defender sus derechos y decidir por sí mismos su destino. Por eso vamos a luchar».

Y recordó que seis regiones del sureste de Ucrania (Járkov, Donetsk, Lugansk, Jersón, Odessa y Nikoláyevsk) pertenecían al imperio zarista hasta que en la década de 1920 las autoridades soviéticas las cedieron a Ucrania.

«¿Por qué lo hicieron? Dios lo sabe», aseguró y subrayó que esos rusos que se quedaron en territorio ucraniano «deben ser ciudadanos de pleno derecho» de su nuevo país.

Además, rechazó de manera categórica y calificó de «tontería» las acusaciones de Kiev y Occidente sobre la participación de militares y agentes de los servicios secretos rusos en la sublevación del sureste de Ucrania, aunque reconoció que más de 20.000 soldados rusos garantizaron el orden en Crimea.

«En el este de Ucrania no hay ninguna unidad militar rusa. No hay servicios secretos ni tampoco instructores. Son todos (los participantes en las acciones prorrusas) gente del lugar. Y la mejor prueba de ello es que, literalmente, la gente va a cara descubierta», dijo.

En relación con las sanciones internacionales y el empeoramiento de las relaciones con Occidente debido a la crisis en Ucrania, Putin negó que Rusia vaya a levantar un nuevo «telón de acero».

«Esa es una invención soviética», dijo.

Y recordó que la luna de miel en las relaciones con Occidente, conocida como «reinicio», no terminó con la reciente anexión de Crimea, sino con el «asesinato» del dirigente libio Muamar el Gadafi en 2011.

«¿Qué pasa? ¿Que se puede actuar como actúa EEUU en Yugoslavia, Irak y Afganistán, y Rusia no puede defender sus intereses?. Rusia está interesada en desarrollar las relaciones con EEUU y hará todo lo posible para restablecer esa confianza», aseguró.