Una mujer camina ante un cartel llamando a votar en el referéndum, en la ciudad de Crimea de Sebastopol. | BAZ RATNER

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Las potencias occidentales del Consejo de Seguridad de la ONU insistieron a Rusia para que pare el referéndum convocado en Crimea el domingo y acepte una negociación con la que resolver la actual crisis. El embajador francés, Gerard Araud, explicó que ese fue el mensaje transmitido en la reunión sobre Ucrania que el Consejo celebró a puerta cerrada y en la que, aseguró, se advirtió a Moscú de que una anexión de Crimea «sería algo muy serio y tendría muchas consecuencias en las relaciones internacionales».

Su homólogo británico, Mark Lyall Grant, señaló mientras tanto que Rusia no ha suavizado su postura en absoluto, pero aseguró que su posición es de un aislamiento cada vez mayor en las Naciones Unidas. El representante del Reino Unido señaló que China -que hasta ahora ha optado por mantenerse al margen de la crisis ucraniana- defendió en el encuentro de hoy la importancia de la unidad y la integridad territorial de Ucrania.

Presión

El referéndum que el domingo celebrará Crimea para unirse a Rusia supone una «presión» añadida para Occidente, según reconoció Araud en declaraciones a los periodistas, en las que responsabilizó totalmente a Moscú de la organización de la consulta.

Tanto el embajador francés como el británico insistieron en que la iniciativa es «ilegal» y sea cual sea su resultado no supondrá una representación real de los deseos de la población.

Araud alertó además de que la crisis se está «deslizando hacia el peor escenario posible» y recordó que «la situación empeora cada día» en Crimea, donde señaló que el Ejército ruso está reforzando posiciones y ha asaltado numerosas instalaciones militares ucranianas.