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Ucrania pidió este sábado a los líderes de las potencias mundiales que hablen con el presidente ruso, Vladimir Putin, para convencerle de que detenga el envío de fuerzas a Crimea y ponga fin a la «agresión» que sufre el país.

El embajador ucraniano en la ONU, Yuriy Sergeyev, dijo a los periodistas que «todavía hay una posibilidad de que los líderes mundiales hablen con el presidente Putin para evitar un mayor deterioro de la situación», mientras el Consejo de Seguridad celebraba una reunión de urgencia.

Sergeyev dirigió su llamamiento principalmente a los firmantes del Memorándum de Budapest, por el que varias potencias como Estados Unidos y Reino Unido se comprometieron junto a Rusia a defender a Ucrania a cambio de la entrega de su arsenal nuclear procedente de la era soviética.

Sin embargo, también apeló a los miembros del G8 y del G20 para que presionen a Rusia para que dé marcha atrás.

Según Kiev, fuerzas rusas se hicieron ayer con el control de varios puntos estratégicos de Crimea, mientras que hoy la Cámara Alta del Parlamento de Moscú autorizó el envío de más fuerzas a la región autónoma ucraniana.

Este sábado, Sergeyev habló abiertamente de una «agresión» por parte rusa y de una violación de la Carta de las Naciones Unidas, algo que no quiso hacer ayer.

«Es exactamente una agresión, pero podemos detener su extensión», aseguró el embajador, poco después del comienzo de la reunión del Consejo de Seguridad, que se celebra a puerta cerrada.

Según dijo a Efe una fuente diplomática, las potencias occidentales solicitaron al inicio del encuentro celebrar un debate abierto sobre la crisis ucraniana, a lo que en un principio se negaba Rusia, que prefería una discusión a puerta cerrada.