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Estados Unidos y Europa tuvieron un duro intercambio de palabras con Rusia sobre Ucrania, luego de que funcionarios de Washington, la Unión Europea y la OTAN dijeran que Moscú no debe forzar a Kiev a llevar a cabo una impopular alianza. Durante la Conferencia de Seguridad de Múnich, en la que diplomáticos occidentales se reunieron con líderes de la oposición ucraniana, el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, dijo que los manifestantes creen que «su futuro no tiene que recaer en un solo país».

«No hay otro lugar en donde la lucha por un futuro democrático en Europa sea más importante hoy que en Ucrania», dijo Kerry. «Estados Unidos y la UE están del lado del pueblo de Ucrania en esa lucha», agregó.

Imposición

Pero el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Lavrov, respondió diciendo que «una opción política estaba predeterminada para Ucrania» cuando en 2008 la OTAN le intentó imponer una decisión a Kiev. Ucrania no se integró a la alianza militar, pero sí coopera con la OTAN en misiones de paz internacionales como en Afganistán.

«Aquí se está imponiendo una opción», dijo Lavrov, acusando a algunos países de fomentar las protestas contra el presidente ucraniano, Viktor Yanukóvich. «(En las protestas los manifestantes) toman y ocupan edificios de Gobierno, atacan a la policía y usan consignas racistas, antisemitas y nazis», dijo Lavrov.

Las protestas masivas contra el Gobierno de Yanukóvich surgieron en noviembre, después de que diera marcha atrás a un acuerdo comercial con la UE en favor de estrechar los lazos económicos con Rusia. Las diferencias entre Rusia y Occidente sobre Ucrania y Siria -donde Moscú apoya al presidente Bashar al-Assad- provocaron una atmósfera fría en la reunión en Múnich. «Esperamos apoyo para Ucrania, apoyo para un movimiento democráticamente pacífico, porque todos quieren ver a Ucrania como un país europeo moderno, lo que es nuestra principal meta», dijo uno de los líderes de la oposición ucraniana y campeón mundial de boxeo Vitaly Klitschko.