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La expulsión de una niña kosovar de 15 años ha levantado una intensa polémica en Francia por el fondo y la forma en que se produjo, hasta el punto de que ha marcado nuevas divisiones en el seno de la izquierda por el trato de las autoridades a la población gitana. El Gobierno del primer ministro Jean-Marc Ayrault, en el ojo del huracán, ha abierto una investigación.

Los hechos se produjeron el 9 de octubre, cuando la Policía detuvo el autobús en el que viajaban Leonarda Dribani y su clase durante una actividad extraescolar para proceder a expulsar del país a la joven y su familia. Los Dibrani llevaban cuatro años y diez meses en Francia.

Las críticas por esta polémica expulsión vuelven a tener como diana al ministro del Interior, Manuel Valls, que ha anunciado la apertura de una «investigación administrativa» para aclarar la expulsión. Varios diputados socialistas han pedido explicaciones a Valls e incluso el Partido de Izquierda ha pedido directamente la dimisión del ministro del Interior.

«Quiero volver al colegio», ha asegurado Leonarda Dribani en una entrevista a la emisora France Inter en la que ha reconocido su pesar por haber «abandonado» a sus amigos. «Me dio vergüenza cuando la Policía vino y mis compañeros me preguntaron: ¿Por qué la Policía? ¿Qué has hecho? ¿Has robado?», ha relatado.