Un agente de policía habla por teléfono mientras vigila a detenidos en el distrito Biryulovo del suroeste de Moscú (Rusia) hoy, lunes 14 de octubre de 2013. La policía lanzó esta mañana una redada masiva de inmigrantes en Moscú, donde ayer tuvieron lugar graves disturbios protagonizados por rusos locales. Los desórdenes, en los que participaron entre mil y tres mil personas, se produjeron después de una manifestación convocada por grupos nacionalistas para protestar por el a | MAXIM SHIPENKOV

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La policía rusa lanzó ayer una redada masiva contra inmigrantes en Moscú tras el estallido de los mayores disturbios callejeros de los últimos años en la capital, donde la tensión entre la mayoría rusa y las minorías étnicas va en aumento.

Más de 1.200 inmigrantes fueron conducidos ayer a comisarías desde la central de abastos del distrito Biriuliovo, en el suroeste de Moscú, en lo que la policía calificó de «redada profiláctica» con el fin de comprobar si tenían sus papeles en regla.

La redada tuvo lugar después de los desórdenes ocurridos allí el domingo, en los que participaron entre mil y tres mil personas, tras una manifestación convocada por grupos nacionalistas para protestar por el asesinato el miércoles pasado de un joven ruso. Como en otras ocasiones, la mecha fue la muerte a puñaladas de un ruso, Yegor Scherbakov, de 25 años, supuestamente a manos de un inmigrante, cuando trataba de defender a su novia.

Una veintena de personas resultaron heridas en los enfrentamientos violentos, que estallaron cuando los participantes asaltaron un centro comercial y un mercado de abastos en busca de inmigrantes procedentes del Cáucaso y países de Asia central, en su mayoría musulmanes.

Gamberrismo

«Hemos detenido a todos los participantes en los disturbios del domingo en la central de abastos y se han incoado casos penales por gamberrismo», aseguró ayer Serguéi Sobianin, alcalde de Moscú, al informar sobre los desórdenes al presidente ruso, Vladímir Putin. El alcalde se refería a la detención de unas 380 personas durante la revuelta del domingo.

En estos momentos, la policía sigue buscando al asesino, mientras el Consejo de Muftíes de Rusia ha llamado a los musulmanes de Moscú a no encubrirlo, ya que debe ser entregado ante la Justicia.

Mientras algunos residentes condenaron el ataque a los inmigrantes, otros denuncian que estos han tomado el barrio, no respetan las tradiciones locales y se comportan de manera agresiva, por lo que temen por la seguridad de sus hijos.

«Tenemos miedo de salir a la calle con los niños. Alquilan un apartamento y dentro viven 20 o 30 personas, como si fueran cucarachas», dijo una vecina.

Tanto el Comité de Instrucción como activistas de derechos humanos criticaron la inacción de las autoridades del distrito, que no actuaron para impedir la manifestación.