China's former Chongqing Municipality Communist Party Secretary Bo Xilai reacts during a meeting at the annual session of China's parliament, the National People's Congress, at the Great Hall of the People in Beijing, March 6, 2010. China has charged disgraced former senior politician Bo Xilai with bribery, abuse of power and corruption, state news agency Xinhua said on July 25, 2013, paving the way for his trial. Picture taken March 6, 2010. REUTERS/Jason Lee (CHINA - Tags: CRIME LAW POLITICS) CHINA-POLITI | JASON LEE

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El exlíder comunista Bo Xilai, uno de los más destacados políticos del país de las últimas décadas, fue ayer acusado formalmente de corrupción, el último paso para que se celebre su juicio y, por ende, para que se cierre el peor escándalo en la política china desde Tiananmen.

El Tribunal Popular Intermedio de Jinan, capital provincial de Shandong (este), acusó ayer a Bo de soborno, malversación y abuso de poder, tres cargos de corrupción por los que se enfrentará a un juicio en este mismo enclave del que no se ha concretado aún fecha, si bien se prevé inminente.

Como en otras ocasiones, fue a través de la agencia oficial Xinhua como se conoció la acusación formal a Bo, exsecretario del Partido Comunista (PCCh) en Chongqing (centro del país).

Acusación

«Bo se aprovechó, como funcionario público, de su cargo para sacar provecho y aceptó sobornos en forma de grandes cantidades de dinero y de propiedades», señala el documento de la acusación judicial recogido por Xinhua.

En el escrito, además, se indica que Bo, hasta hace un año prominente político, «malversó una enorme cantidad de dinero público y abusó de su poder, perjudicando gravemente los intereses del Estado y del pueblo», unos crímenes que califica de «graves».

Bo, uno de los favoritos para ascender a los puestos más altos del Gobierno, escuchó los cargos por los está acusado, además de sus derechos, y fue interrogado por los fiscales.

El anuncio del tribunal llega un día después de que el periódico «South China Morning Post» revelara que el juicio sería «inminente».

Ese mismo diario hoy señala, a través de fuentes independientes, que Bo podría ser acusado de aceptar sobornos por 3,8 millones de dólares (2,9 millones de euros) y de malversar otros 800.000 dólares (600.000 euros).

Estas cantidades de dinero podrían penarse, según el sistema legal chino, incluso con la muerte, como ocurrió con el exministro de Ferrocarriles, Liu Zhijun, sentenciado este mes a la pena capital, aunque suspendida (en la práctica, conmutable por cadena perpetua).

Todo ello construye el «caso Bo» –con mucha influencia social y con mucho interés en los medios informativos del país–, a la postre la crisis más grave que vive la política china desde hace varias décadas, y que los líderes comunistas tratarán de cerrar con una última sentencia que «acordarán», según los analistas, durante su «retiro veraniego».