El vehículo de la cadena de televisión TV Record arde en llamas durante una protesta en Sao Paulo. | Sebasti

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Una manifestación de miles de personas junto al estadio donde se han enfrentado los equipos de fútbol de Brasil y México, en la ciudad de Fortaleza, ha derivado en una batalla campal entre manifestantes y efectivos de la Policía Militar.

Los agentes han utilizado gases lacrimógenos, pelotas de goma y gas pimienta para dispersar a los asistentes a esta protesta, unas 25.000 personas según los datos ofrecidos por la Policía responsable del tráfico. Los manifestantes, por su parte, han arrojado piedras contra los agentes.

Varias decenas de manifestantes consiguieron saltarse los bloqueos y acceder a la zona restringida alrededor del estadio pese a no tener entradas para el partido, parte de la Copa Confederaciones.

La afición 'verdeamarela', que en masa acude al estadio Castelão, de la nororiental ciudad brasileña de Fortaleza, para el partido entre las selecciones de Brasil y México, se abrió espacio entre una multitudinaria protesta próxima al escenario.

40.000 manifestantes

Poco antes, a dos kilómetros del estadio, una marcha de unas 40.000 personas, según los últimos cálculos entregados por la Policía Militarizada del estado de Ceará, intentó entrar en la Avenida Alberto Craveiro, recién inaugurada y la principal que da acceso al Castelão.

La marcha fue bloqueada por unos 500 efectivos de la Policía Militarizada, que tuvieron apoyo de integrantes de la Fuerza Nacional, un grupo elite de seguridad integrado también por las policías Federal y Civil, el Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea, desplazado a las seis ciudades sedes de la Copa Confederaciones.

El Gobierno y los partidos políticos de Brasil han sido sorprendidos por las protestas que recorren el país desde hace diez días e intentan mover piezas para atajar un malestar que ya amenaza a la popularidad de la presidenta Dilma Rousseff.

«El país contempla atónito el surgimiento de un amplio proceso de masas, de movilización y de lucha» y los políticos «deben tener la generosidad de saber oír», declaró el ministro de la Secretaría de la Presidencia, Gilberto Carvalho.