OSR110 CIUDAD DEL VATICANO 11/02/2013.- Fotografía facilitada por el Osservatore Romano que muestra al papa Benedicto XVI (dcha) mientras saluda a un cardenal no identificado durante el Consistorio de cardenales en la Ciudad del Vaticano hoy, lunes 11 de febrero de 2013. El Papa Benedicto XVI anunció hoy oficialmente que renuncia al pontificado por su "edad avanzada", en una decisión sin precedentes en los últimos siglos, que tomó por sorpresa al propio Vaticano. EFE/ Osservatore Romano / Handout MEJOR CALI | OSSERVATORE ROMANO / HANDOUT

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La renuncia de Benedicto XVI abrió ayer una nueva etapa en la Iglesia católica y dio comienzo a un complejo proceso de elección de su sucesor, en el que varios nombres de cardenales se perfilan con más posibilidades de ser elegidos, entre ellos algunos latinoamericanos.

Uno de los nombres más citados es el de Marc Ouellet, presidente de la Comisión Pontificia para América Latina, de 69 años, junto con dos italianos, Angelo Scola y Gianfranco Ravasi; los brasileños Joao Braz de Aviz y Odilio Pedro Scherer, y el argentino Leonardo Sandri, entre otros.

Joven o anciano

Las palabras de Benedicto XVI en su carta de renuncia, en la que afirma que abandona por su «avanzada edad» y porque «ya no tiene fuerzas» para ejercer su ministerio petrino, han desatado las conjeturas sobre si el próximo Pontífice debe ser joven o anciano.

Por «joven» hay que tener en cuenta una persona que, como poco, tiene 52 años, como es el caso del cardenal Baselios Cleemis Thottunkal, arzobispo de Trivandrum de la iglesia Siro Malankarese, nombrado en noviembre del pasado año.

Se considera «anciano» a partir de los 70 años en adelante.

Los observadores vaticanos que se decantan por un papa joven, justifican su preferencia en que el sucesor de Ratzinger debe tener las fuerzas necesarias para afrontar el desafío de un mundo cada vez más secularizado y reformar una Iglesia, demasiado conservadora -dicen- tras los pontificados de Wojtyla y Ratzinger, para dar respuesta al futuro.

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En este contexto, apuntan que el próximo Papa tendrá que dar respuesta a temas que no pueden seguir aplazados, como son el celibato, el sacerdocio de la mujer y la comunión a los divorciados, entre otros.

Otros expertos se inclinan por un papado de un decenio, es decir, corto, como el actual, pero con un Pontífice que apueste por una Iglesia centralista, fuerte, que siga la línea de Ratzinger.

También se analiza si el futuro Papa debe ser latinoamericano o del Tercer Mundo o de nuevo un italiano tras los pontificados de un polaco (Juan Pablo II) y un alemán (Benedicto XVI).

Los defensores de un italiano de nuevo en el Solio Pontificio están convencidos de que éstos disponen de la diplomacia, el tacto y el diálogo necesarios para guiar a la Iglesia tras las crisis desatadas por los escándalos de abusos sexuales a menores cometidos por clérigos y el caso del robo y filtración de documentos del Pontífice.

Con estas premisas, los 'papables' que más suenan son Ouellet, que es también prefecto de la Congregación para el Clero, que habla perfectamente español, inglés, francés e italiano, y del que se resalta que es el mejor conocedor de la Iglesia en América, donde vive más de la mitad de los 1.200 millones de católicos del mundo.

Otros nombres que suenan son el italiano Angelo Scola, cardenal arzobispo de Milán (Italia), de 71 años, cercano al movimiento Comunión y Liberación, y el también italiano Gianfranco Ravasi, de 70 años, «ministro de Cultura» del Vaticano.

También entran en las 'quinielas' el austríaco Cristoph Schoenborne, de 67, que fue alumno de Benedicto XVI y el que más le defendió cuando arreciaron las críticas al Pontífice por los casos de curas pederastas, y el cardenal de Manila, Luis Tagle, de 55 años.