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Estados Unidos acusó ayer de fraude a Standard & Poor’s (S&P) por inflar las notas que daba a productos financieros de alto riesgo antes de la crisis, en lo que constituye la primera demanda del Gobierno de Washington contra una agencia de calificación de riesgo. El Departamento de Justicia estadounidense reclamará al menos 5.000 millones de dólares a la agencia de Nueva York por «defraudar» a inversores, al presentar como objetivas unas calificaciones «deliberadamente hinchadas» para los bonos hipotecarios conocidos como CDO (obligaciones de deuda colateralizada) con el fin de lucrarse.

El fiscal general de Estados Unidos, Eric Holder, explicó que el fraude se produjo entre marzo y octubre de 2007, el periodo final de la burbuja inmobiliaria, cuando «casi todas las CDO respaldadas por una hipoteca única y calificadas por S&P no sólo dieron un pobre rendimiento, sino que fracasaron».

Indignante

«Esta supuesta conducta es indignante y está en el centro de la crisis financiera» de 2008, aseguró Holder en conferencia de prensa. La demanda civil, presentada en un tribunal federal de Los Ángeles (California), es la primera acción legal del Gobierno federal contra una de las agencias de calificación de riesgo, consideradas por autoridades y analistas como un elemento clave en el estallido de la crisis.

Los fiscales generales de seis estados de EEUU y el Distrito de Columbia, donde se encuentra la capital, acompañaron a Holder en el anuncio para señalar que han presentado o presentarán demandas similares contra S&P. «El deseo de S&P de asegurarse un buen margen de negocio, beneficios e ingresos la condujo a una acción equivocada de tomar bonos que sabía que eran de plomo y decirle al mundo, a través de sus calificaciones, que eran de oro», indicó a los periodistas Tony West, fiscal general adjunto de Estados Unidos.