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El presidente egipcio, Mohamed Mursi, aceptó modificar la controvertida acta constitucional que blinda sus poderes, durante una reunión con los asistentes al diálogo nacional, que fue boicoteado por los líderes de la oposición laica. En un paso para tratar de dar una salida a la actual crisis que vive Egipto, los presentes en esta cita decidieron encargar a una comisión que remodele el decreto, promulgado el pasado 22 de noviembre, y trate los artículos en discordia.

Este anuncio lo hizo el primer ministro egipcio, Hisham Qandil, en una entrevista con la televisión privada Al Mehuar, en la que instó a los manifestantes a que vuelvan a sus casas porque su mensaje ha sido escuchado.

Cuatro personas

La comisión estará formada por cuatro personas, entre ellas el excandidato presidencial Mohamed Selim al Awa, un islamista moderado, y el político liberal Ayman Nur, presidente del Partido Gad de la Revolución, que asistieron al diálogo.

La citada acta constitucional, además de blindar las decisiones de Mursi, declara indisolubles el Senado y la Asamblea Constituyente, que redactó la nueva Carta Magna, rechazada por la oposición laica.

Los grupos opositores, agrupados en el «Frente de Salvación Nacional», rechazaron participar en la reunión. Uno de los dirigentes del Frente, Mohamed Abulgar, dijo que la coalición está dispuesta a «un dialogo serio y positivo, no bajo amenazas» e instó a todos los jóvenes egipcios a manifestarse pacíficamente hasta conseguir las demandas de las fuerzas opositoras. Ante los últimos conatos de violencia, las Fuerzas Armadas, que recibieron nuevo poderes de Mursi para sofocar las protestas, instaron al diálogo, que calificaron del «mejor y único método para llegar a un consenso y lograr los intereses supremos del país y los ciudadanos». «Lo contrario nos introduce en un oscuro túnel cuyo resultado será trágico, y eso es algo que no permitiremos», dijo el Ejército en un comunicado, en el que afirmaron que «la continuación de la crisis no beneficiará a ninguna parte».