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Un enfrentamiento entre los prestamistas internacionales sobre cuánto tiempo se le debe dar a Grecia para que su deuda esté en un nivel sostenible reavivó el martes los temores de que la crisis de la zona euro pueda estallar nuevamente.

Los ministros de Finanzas de la zona euro, encabezados por Francia y Alemania, sugirieron el lunes que Grecia debe tener plazo hasta el 2022 para reducir su relación deuda/PIB al 120 por ciento, pero la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, insistió en que la actual meta del 2020 debe mantenerse.

«Es evidente que tenemos puntos de vista diferentes. Lo que importa al final del día es la sostenibilidad de la deuda griega, que el país pueda volver a recuperarse», dijo Lagarde en una inusual declaración pública de desacuerdo con el bloque europeo.

Detrás de su intercambio de palabras con el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, se encuentra una disputa sobre si los gobiernos de la zona euro deben condonar parte de la deuda de Grecia para que ésta sea manejable.

Presiones

Los funcionarios del FMI han presionado para realizar un «recorte» de la deuda, mientras que Alemania, el mayor contribuyente de los fondos de rescate de la zona euro, ha rechazado esto con vehemencia y lo califica de ilegal.

El ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, dijo ayer a periodistas que el plazo del 2020 era «demasiado ambicioso».

«Hay un debate acerca de un 'recorte' por parte de los acreedores oficiales. Sobre esto diré, y la mayoría de los países lo han dicho en las últimas semanas, que eso no es legalmente posible», agregó.