La hermana y los padres de Rachel Corrie, en el Tribunal de Haifa. | OLIVER WEIKEN

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El Tribunal Superior de Haifa exculpó ayer al Ejército israelí de la muerte de la activista pro palestina estadounidense Rachel Corrie, arrollada por una excavadora militar israelí en 2003 en la franja de Gaza.

«Estamos obviamente muy decepcionados con el veredicto, aunque he de decir que no ha sido del todo inesperado», dijo la portavoz de la familia, Stacy Sullivan, que añadió que los padres de la activista «apelarán la sentencia».

«El Ejército israelí fue negligente y es responsable de la muerte de Rachel y debería ser responsabilizado de la misma», agregó la portavoz.

La Corte sentenció que la muerte de la joven, que tenía en aquel momento 24 años, fue accidental y que ella misma se puso conscientemente en situación de riesgo.

«Se trató de un accidente desafortunado y no de una acción intencionada», señaló el juez Oded Gershon, que añadió que Corrie estaba en el lugar «de forma ilegal», puesto que se trataba de una zona militar cerrada.

«Se puso ella misma en una situación de peligro y se quedó en pie delante de una gran excavadora en un lugar donde su operario no podía verla. No se distanció como hubiera hecho cualquier persona razonable. Su muerte es resultado de un accidente que ella provocó contra sí misma», dictaminó el juez.

La familia pedía a la Justicia una compensación de más de 300.0000 dólares, al considerar que el soldado que conducía la excavadora mató a su hija intencionadamente.