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La canciller alemana, Angela Merkel, abrió hoy la posibilidad de nuevas ayudas a Grecia para fomentar el crecimiento económico, pero descartó tajantemente una posible flexibilización del programa heleno de reformas y ajuste.

La jefa del Gobierno alemán dijo a su llegada a Los Cabos (México), donde participará en la cumbre del G20, que el nuevo Ejecutivo en Atenas deberá proseguir con la implementación de los «compromisos» heredados de los gabinetes anteriores, que acordaron aplicar medidas de austeridad a cambio de los dos rescates financieros, según informaron medios alemanes.

Los comicios del domingo en Grecia, en los que ganaron los conservadores de Nueva Democracia, y la posibilidad de introducir nuevos estímulos para el crecimiento de la economía griega «no alteran nada en las condiciones marco» de los acuerdos suscritos entre Atenas y Bruselas, afirmó Merkel.

«Lo importante es que el nuevo gobierno persevere en los compromisos que se han adquirido. No se puede relajar el ritmo de las reformas», aseguró.

Además, la canciller negó que se esté estudiando un nuevo paquete de ayudas para Grecia, y abogó por que se llegue pronto a un acuerdo que permita la formación de un nuevo Gobierno griego que continúe con los ajustes y dialogue con la «troika».

Las declaraciones de Merkel contradicen las que realizó el domingo su ministro de Exteriores, Guido Westerwelle, que aseguró que «se podría hablar de cambios en el cronograma» del plan para Grecia, algo que ha levantado un notable revuelo mediático en Alemania.

El titular de Exteriores subrayó que «no puede haber cambios sustanciales en los acuerdos» suscritos entre Atenas y Bruselas, porque supondría crear un agravio comparativo con el resto de países rescatados, pero abrió seguidamente la puerta a una flexibilización de los plazos.

Estas afirmaciones supusieron la ruptura de la postura monolítica que Berlín había mantenido en este tema hasta el momento, y a tan sólo dos semanas de la cumbre de la Unión Europea.