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El Gobierno del presidente Barack Obama, que ha batido récords en la deportación de inmigrantes indocumentados, anunció ayer cambios que beneficiarán a unos 800.000 jóvenes, en su mayoría hispanos, que eran menores de edad cuando llegaron al país.

La secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, dijo que se postergará por dos años la deportación de los jóvenes que cumplan requisitos específicos, y que en ese período los inmigrantes podrán obtener permisos de trabajo.

«Éste es un gran día para decenas de miles de jóvenes que estudian y trabajan y sueñan con contribuir positivamente a Estados Unidos», dijo el senador demócrata de Nueva Jersey, Robert Menéndez.

Napolitano explicó que los cambios entran en efecto de manera inmediata, ya que van a ser aplicados mediante una orden ejecutiva presidencial.

Reelección

«Las leyes de inmigración deben aplicarse de manera firme y sensata», señaló Napolitano en una conferencia de prensa. La medida, reclamada por la comunidad hispana de Estados Unidos, puede traer ventajas para el presidente Obama quien en las presidenciales de noviembre buscará su reelección.

El virtual candidato presidencial republicano Mitt Romney, y sus rivales en la temporada de primarias, han expresado su oposición a cualquier medida legislativa o administrativa que pueda conducir a la legalización de los inmigrantes indocumentados.

El presidente Obama logró en los comicios de 2008 el apoyo del 67 por ciento de los votos hispanos.

Los inmigrantes indocumentados que podrían beneficiarse con estos cambios deben probar que ingresaron en Estados Unidos cuando tenían menos de 16 años de edad, que han residido en el país durante por lo menos cinco años antes de este anuncio y que se encuentran en EEUU en esta fecha.

El Servicio de Inmigración y Aduanas iniciará la consideración de las solicitudes en 60 días. Los inmigrantes indocumentados no podrán solicitar la prórroga de deportación hasta que cumplan los 16 años de edad, pero el gobierno indicó que los menores tampoco serán deportados.

En la mayoría de estos casos, los jóvenes llegaron a Estados Unidos traídos por sus familias, muchos de ellos cuando eran niños. Y la mayoría se enteran de su situación legal cuando llegan a la edad de gestionar una licencia para conducir automóviles o de solicitar la matriculación en las universidades.

En el período fiscal 2011 el gobierno de Obama deportó a más de 396.000 personas, superando la marca de 389.000 que había alcanzado en el período fiscal 2010.