La canciller Merkel prepara con sus directos colaboradores la primera entrevista con el nuevo presidente francés, François Hollande. | Efe

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Pierre Moscovici, portavoz del presidente electo de Francia, subrayó ayer que el objetivo del encuentro que el socialista François Hollande tendrá el martes en Berlín con la canciller alemana, Angela Merkel, «es que ambos se hablen con franqueza y que se logren avances».

«Lo importante es que se reúnan, que se hablen, que haya un intercambio, que se hablen con franqueza y que se avance», declaró Moscovici a la prensa en relación con esa entrevista, que suscita gran expectación por las divergencias entre ambos sobre las políticas europeas frente a la crisis económica.

Puso el acento en que «la amistad franco-alemana trasciende» los cambios de gobiernos, aunque al mismo tiempo reconoció que «las alternancias políticas no son siempre fáciles» porque «hay que encontrar nuevos compromisos», pero se mostró esperanzado en que se logren «como siempre».

Conciliación

Las palabras de este dirigente socialista francés, cuyo nombre es uno de los más frecuentes en las quinielas como ministro de Exteriores en el Gobierno que está preparando Hollande, llegaron unas horas después de que Merkel se esforzara en mostrarse conciliadora y en quitar tensión al encuentro del martes.

La canciller, en su tradicional mensaje de los sábados, auguró que «será una conversación para conocerse, pero pienso que a partir de ella se desarrollará una buena cooperación», enfatizó.

«Para nosotros unas cordiales relaciones con los gobernantes franceses son primordiales para ambos países y para el conjunto de nuestros socios europeos. Y por eso me alegro de que el martes pueda saludar por primera vez a Hollande en Berlín como nuevo presidente francés», señaló la política cristianodemócrata.

El presidente electo francés, que será investido como jefe del Estado el mismo martes pocas horas antes de su viaje a Berlín, tenía como uno de los principales puntos de su programa electoral durante la campaña la renegociación del nuevo tratado europeo para, junto al dispositivo de ajuste fiscal, incorporar medidas de estímulo de la actividad para remontar la recesión que vive la zona euro.