Multitudinario entierro en la ciudad de Homs después de que el Ejército del presidente Asad bombardeara la ciudad y dejara más de 200 muertos. | Reuters

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La opositores denunciaron ayer el bombardeo del régimen sobre la castigada ciudad de Homs, en la que según ellos es la mayor masacre desde que comenzó la represión, poco antes de una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU en la que Rusia y China vetaron una resolución sobre Siria.

El número de víctimas mortales en Homs por la ofensiva militar de anoche varía según las fuentes, que van desde las 260 anunciadas por el Consejo Nacional Sirio (CNS) a las 147 referidas por la Comisión General de la Revolución Siria, casi todas ellas en el barrio de Jalidiya.

Imágenes dantescas

Activistas en la zona relataron imágenes dantescas, como cadáveres de niños decapitados o restos humanos entre los escombros. Sin embargo, el Gobierno sirio desmintió que tal matanza haya tenido lugar, y atribuyó esas informaciones al interés de la oposición siria por hacer presión justo antes de la celebración del Consejo de Seguridad de la ONU.

La agencia oficial siria Sana negó «lo difundido por algunas cadenas de televisión» acerca del bombardeo en Homs, y señaló que es una parte de la «escalada de los grupos armados y del consejo de Estambul (en referencia al CNS) en sus tribunas mediáticas para instrumentalizarla en el Consejo de Seguridad».

Este recrudecimiento de la violencia se produjo solo unas horas antes de la reunión del Consejo de Seguridad, en la que Rusia y China vetaron una resolución para dar una salida a la crisis mediante el apoyo el plan de transición de la Liga Árabe y que condenaba la violencia del régimen de Damasco contra la población civil. La reacción del CNS no se hizo de rogar y poco después uno de sus dirigentes, Ahmad Ramadan, calificó la postura de Moscú y de Pekín como «una autorización al régimen de Damasco para asesinar». El veto es «un intento de detener cualquier proceso político para dar una solución a la crisis en Siria y deja la puerta abierta al lenguaje de la muerte», se quejó Ramadán.

Con anterioridad, desde Múnich, el ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, había exigido que la resolución del Consejo de Seguridad condenara también la violencia de los militares rebeldes para poder suscribirla. Por su parte, el presidente estadounidense, Barack Obama, condenó la «indescriptible» ofensiva del Ejército sirio en Homs y exige al presidente, Bashar al Assad, que abandone el poder.