Fotografía facilitada por la agencia oficial siria Sana que muestra el lugar donde se ha producido un ataque suicida en el barrio de al-Midan en Damasco (Siria). | Efe

TW
2

El barrio de Maidan, en la zona centro de Damasco, ha sido víctima este viernes de un nuevo ataque terrorista. El atentado suicida ha provocado la muerte de al menos 26 personas y ha causado heridas de diversa gravedad en otras 63. Por su parte, las fuerzas gubernamentales han matado a 35 personas en distintos puntos de Siria, mientras que el ministro del Interior ha advertido de que el Gobierno responderá «con mano de hierro» a los ataques terroristas.

Al menos 26 personas han muerto y otras 63 han resultado heridas como consecuencia de una explosión que ha sacudido este viernes por la mañana el centro de la capital siria.

La información llegaba en primer lugar a través de un residente del barrio de Maidan, donde ha tenido lugar el suceso, en unas declaraciones telefónicas a la agencia Reuters en las que explicaba que «hay más seguridad que la habitual en Maidan porque es viernes» y, por tanto, «hay muchos puestos de control militares y de seguridad».

La fuente, que ha pedido permanecer en el anonimato, ha indicado que no saben todavía cuál ha sido el objetivo del ataque. Algunos activistas opositores lo han identificado con una comisaría de Policía, mientras que otros han señalado a instalaciones de Inteligencia. El mes pasado, al menos 44 personas perdieron la vida tras dos atentados perpetrados por suicidas contra oficinas de los servicios de seguridad en Damasco.

Posteriormente, la agencia de noticias oficial siria Sana ha confirmado que el centro de Damasco ha sido escenario de una «explosión terrorista» por la que se habían registrado «víctimas», entre las que figurarían tanto civiles como miembros de las fuerzas de seguridad. Poco después, la televisión estatal siria ha atribuido el atentado a un terrorista.

Por su parte, las fuerzas gubernamentales sirias han matado este viernes a 35 personas en distintos puntos del país, catorce de ellas en barrios de las afueras de Damasco, según los Comités Locales de Coordinación, que se crearon como respuesta a la represión ejercida por el régimen cuando comenzaron las protestas antigubernamentales, el pasado mes de marzo.

En Qudsaya y en la ciudad de Hama (este de Siria), las fuerzas de seguridad han disparado a discreción contra grupos de manifestantes y además han cerrado todas las entradas y salidas a Qudsaya. En el barrio damasceno de Qadam, las fuerzas de seguridad y «matones del régimen» han estado haciendo redadas mientras disparaban y usaban gases lacrimógenos, según los Comités Locales de Coordinación.

Asimismo, los Comités han informado de que en la mayoría de las mezquitas de Deir al Zor, en el noroeste del país, se han llevado a cabo manifestaciones multitudinarias contra el régimen de presidente Bashar al Assad.

«Las fuerzas de seguridad y el Ejército han disparado contra los manifestantes para que se dispersasen», han rodeado varias zonas de la ciudad y «han irrumpido en el barrio de Jabela mientras disparaban, hiriendo varias personas, incluido un niño que está grave», han asegurado en el comunicado.

«MANO DE HIERRO» PARA LOS ATAQUES TERRORISTAS

Como consecuencia del atentado suicida de este viernes, el ministro del Interior de Siria, Ibrahim al Shaar, ha advertido de que el Gobierno responderá «con mano de hierro» a «la escalada terrorista».

«Responderemos con mano de hierro a cualquiera que se sienta tentado de jugar con la seguridad del país o de sus ciudadanos», ha declarado Al Shaar, según la televisión pública siria.

En el lugar de los hechos se han congregado ciudadanos sirios que han coreado frases como «Solo Dios, Siria y Bashar» (por el presidente Bashar al Assad), «Dios, protege al Ejército» y «Con nuestra sangre y nuestra alma nos sacrificamos por ti, Bashar».

Por el momento se desconoce quiénes han sido los autores del atentado. Una mujer llamada Umm Mohammed ha afirmado que se trata de personas que están atacando a las fuerzas gubernamentales, que protegen a los sirios. Los manifestantes antigubernamentales «dicen que quieren libertad, y lo que hay aquí es libertad», ha declarado la mujer, que ha pedido a Dios que «maldiga a los hijos de los saboteadores».

El Ejército Libre Sirio, una fuerza armada opositora formada principalmente por hombres que han desertado del Ejército, ha condenado el atentado de Maidan y ha culpado a las autoridades sirias. «Esto es el terrorismo de Estado planificado y sistemático que llevan a cabo las fuerzas del presidente Bashar al Assad», ha asegurado un portavoz, el comandante Maher al Naimi.

Pero un activista de la oposición ha afirmado desde el anonimato que el ataque podría haber sido perpetrado por milicianos islamistas. «Creo que hay cientos de extremistas deseosos de luchar contra el régimen e inmolarse en nombre de la 'yihad', ha opinado.

HAMAS COMO MEDIADOR

Hasta el barrio de Maidan se han desplazado también varios observadores de la Liga Arabe que han tomado notas y grabado la escena. «Estamos aquí solamente para observar y documentar», ha explicado uno de ellos.

Una Liga Arabe que, a través de su secretario general, Nabil Elaraby, ha pedido al líder de la milicia palestina Hamás, Jaled Meshal, residente en Damasco, que medie ante el Gobierno de Siria para poner fin a la violencia que sacude el país.

Tras un encuentro mantenido en El Cairo entre Elaraby y Meshal, el jefe de la Liga Arabe ha confirmado que le transmitió «un mensaje para las autoridades sirias». Le ha pedido al líder miliciano que le diga al régimen de Bashar al Assad que «es necesario trabajar con integridad, transparencia y credibilidad para poner fin a la violencia que está teniendo lugar en Siria».

Pese a la presencia de una misión de observación de la Liga Arabe, la represión contra la oposición parece no haber cesado en Siria, donde desde marzo han muerto más de 5.000 personas, según datos de la ONU. Damasco se ha comprometido con un plan propuesto por el bloque para poner fin a la violencia y que consiste, entre otras cuestiones, en la retirada de las fuerzas del Gobierno de zonas pobladas.