El presidente estadounidense, Barack Obama (d), y su esposa, Michelle (i), visitan el Monumento U.S.S. Arizona en Harbor, Hawai (EE.UU.). | Efe

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El presidente de EEUU, Barack Obama, cerró ayer el año con la firma de una ley de gastos de defensa para 2012 que impone custodia militar a todo detenido por terrorismo y sanciona a toda institución extranjera que negocie con el Banco Central iraní.

La ley, que prevé un gasto de 662.000 millones de dólares y aprobada a principios de diciembre en el Senado, supone la primera acción directa contra el corazón del sistema financiero iraní, algo a lo que la Casa Blanca se mostraba reticente por su posibles repercusión sobre los precios del petróleo.

En un comunicado, Obama reconoció sus "serias reservas" respecto a las cláusulas de la ley relacionadas con la detención, interrogación y persecución de sospechosos de terrorismo.

El mandatario había amenazado con vetar el texto debido a la provisión que establece que todo presunto terrorista capturado dentro o fuera de Estados Unidos debe permanecer bajo custodia militar, y no civil.

Finalmente, Obama decidió respaldar la ley "por los servicios críticamente importantes que proporciona a las Fuerzas Armadas", pero también "porque el Congreso ha revisado algunas cláusulas que habrían puesto en peligro la seguridad y libertad de los estadounidenses", aseguró en el comunicado.

La principal provisión que ha cambiado es la que habría negado el derecho a juicio a los ciudadanos estadounidenses sospechosos de terrorismo, y les habría condenado a una detención militar indefinida.

"Mi administración no autorizará la detención militar indefinida sin juicio de ciudadanos estadounidenses", sentenció Obama.

El mandatario aseguró que su Gobierno "interpretará e implementará las provisiones de la forma que mejor preserve la flexibilidad de la que depende nuestra seguridad, y honre los valores" del país.

En concreto, la Casa Blanca pretende suavizar, en la aplicación de la ley, el impacto de las penas asociadas a las instituciones que se relacionen con el Banco Central iraní, por los efectos que podrían tener en la recuperación económica global.

La enmienda prevé sanciones financieras contra cualquier entidad financiera extranjera que establezca lazos con el Banco Central de Irán, al prohibirles abrir o mantener operaciones relacionadas con la compraventa de petróleo en Estados Unidos.

El Tesoro estadounidense dejó abierta la posibilidad de atacar directamente a la institución iraní al declarar al país "jurisdicción de preocupación prioritaria por lavado de dinero" en noviembre.

Ante la posibilidad de que Washington o sus aliados dieran nuevos pasos que perjudiquen sus exportaciones de petróleo, Teherán amenazó esta semana con cerrar la circulación de barcos petroleros en el estrecho de Ormuz, por donde circula alrededor de un tercio del crudo que consume el mundo.

La ley firmada hoy por Obama afecta además a Pakistán, al congelar alrededor de 700 millones de dólares en asistencia al país hasta que Islamabad presente una estrategia para frenar la multiplicación de artefactos explosivos improvisados en su territorio.

También prohíbe el uso de dinero público para transferir a detenidos de Guantánamo a suelo estadounidense, así como para construir instalaciones destinadas a acogerlos, dos medidas a las que la Casa Blanca se había opuesto rotundamente.

En total, la ley autoriza dinero para personal militar, sistemas de defensa, la guerra en Afganistán y programas de seguridad nacional en los departamentos de Energía y Transporte, para el año fiscal que comenzará el 1 de octubre de 2012.