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La OCDE consideró hoy que el riesgo de suspensión de pagos por el nivel de las deudas soberanas puede amenazar con una gran depresión en los países de la eurozona.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) aludió a esa posibilidad en un informe en el que además revisa a la baja las perspectivas económicas para sus países miembros y los grandes emergentes.

La OCDE constató que la eurozona ha entrado ya en una recesión, por el momento suave, y también alertó en su informe semestral de Perspectivas Económicas que otro «serio riesgo a la baja» vendría de Estados Unidos si no se concretaran los planes de ajuste fiscal.

En ese caso, la mayor economía del mundo podría caer también en recesión y la política monetaria tendría un margen prácticamente nulo para evitarlo.

En caso de que esos malos augurios se cumplan, el PIB de la zona euro disminuiría en torno al 2 % tanto en 2012 como en 2013, con una caída sólo un poco menos fuerte en Estados Unidos el año próximo, que no pasaría del estancamiento en 2013.

Para China, todo eso significaría quedarse con una progresión económica algo inferior al 8 % en cada uno de esos dos ejercicios.

Sin llegar a esos extremos, el escenario central de los autores del informe augura una ralentización el año próximo del crecimiento económico en la OCDE, con un 1,6 % tras el 1,9 % en 2011, lejos del 2,8 % y del 2,3 % que esperaban en su precedente estudio del mes de mayo. Para 2013, la progresión sería del 2,3 %.

La principal razón de esa ralentización es la zona euro, que sufrirá un casi estancamiento en 2012, con un tímido ascenso de su Producto Interior Bruto del 0,2 % (comparado con el 2 % que se preveía en mayo) tras el 1,6 % de 2011 (también se anticipaba un 2 %). En 2013 la progresión quedaría en el 1,4 %.

Estados Unidos, que acabará creciendo este ejercicio un 1,7 % (y no un 2,6 % como se dijo hace seis meses) también se tendrá que conformar con un alza de su PIB mucho más modesto en 2012 (2 % en lugar del 3,1 %), antes de un incremento del 2,5 % en 2013.

Japón vive una situación especial, que según la OCDE se traducirá en una caída del PIB del 0,3 % en 2011 (menos del bajón del 0,9 % que se estimó en mayo, tres meses después del tsunami) y en una recuperación en 2012 con un aumento del 2 %, apenas dos décimas menos de lo anticipado hace seis meses.

El conocido como el «Club de los países desarrollados» igualmente espera consecuencias de la situación actual menos favorables en los países emergentes, pero de magnitud menos acusada que en sus 33 Estados miembros.

Así China pasará de un crecimiento de su PIB del 9,3 % este año al 8,5 % en 2012 y al 9,5 % en 2013, o India del 7,7 % al 7,2 % y al 8,2 %. Con cifras muy por debajo, Brasil subirá un 3,4 % este ejercicio y un 3,2 % el próximo antes de pasar al 3,9 % en 2013.

Los autores del estudio dijeron que sería posible un escenario más optimista si hubiera un compromiso de los países de la eurozona para bloquear la amenaza de contagio de la crisis de las deudas soberanas gracias al respaldo de recursos suficientes.

Pero eso, además de una adecuada capitalización de los bancos y de respuestas políticas necesita sobre todo «un incremento rápido, creíble y sustancial» del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FESF), junto con, o como parte de una mayor implicación del Banco Central Europeo (BCE).

Pero ante el clima de gran incertidumbre, la OCDE previno de que los políticos «deben estar preparados para lo peor». Y en caso de que lo peor se produzca, ha identificado medidas específicas para cada país, así como una guía general.

Una guía que pasaría por la estabilización del sector financiero, la protección de las redes de seguridad social, una rebaja de los tipos de interés, medidas de estímulo fiscal donde es posible y al mismo tiempo un marco de ajuste para garantizar a los mercados que las finanzas públicas pueden volver a estar bajo control.