Unos jóvenes en Sidi Bouzid observan los destrozos provocados en la sede del Gobierno. | ZOHRA BENSEMRA

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El Gobierno tunecino decretó ayer el toque de queda en la ciudad de Sidi Bouzid, donde comenzaron las manifestaciones que culminaron con la dimisión del presidente Zine el Abidine Ben Alí, después de las violentas protestas que estallaron la noche del jueves y continuaron ayer tras conocerse los resultados electorales.

Sidi Bouzid, en el centro del país, volvió a la calma pocas horas antes del inicio del toque de queda, impuesto a partir de las 19.00 hora local (18.00 GMT), tras una nueva jornada de manifestaciones.

Según fuentes sindicales, unas 3.000 personas se manifestaron en Sidi Bouzid, mientras que se repitieron las protestas en las localidades de Menzal Buzayan, Regueb y Meknassi, en la misma provincia.

En la marcha protagonizada en Sidi Bouzid, donde saltó la primera chispa de las revueltas de la Primavera Árabe, los jóvenes coreaban consignas que denunciaban «la marginación permanente de la región», en un día en el que colegios y comercios cerraron sus puertas.

Fuera de campaña

«Son gente del antiguo partido en el poder, la Agrupación Constitucional democrática (RCD) del (presidente derrocado Zine el Abidine) Ben Ali, que protestan por la eliminación de las listas de Al Aridha», denunciaron las fuentes sindicales.

Las protestas, que estallaron ayer después de que la Instancia Superior Independiente para las Elecciones (ISIE) declarase nulas las listas de Al Aridha, una agrupación promovida por un empresario de la región cercano al antiguo régimen, derivaron en unos disturbios en los que edificios públicos fueron atacados y el centro de la ciudad cortado con barricadas y neumáticos incendiados.

Ayer tarde, las fuerzas de seguridad, apoyadas por militares y helicópteros dispersaron a los manifestantes empleando gases lacrimógenos. Entre los edificios víctima de los ataques se encuentra el Ayuntamiento, la sede de la Diputación Provincial, el Palacio de Justicia, el cuartel de la Guardia Nacional y un centro de enseñanza. También, las sedes del movimiento islámico conservador Al Nahda, gran vencedor de los comicios del pasado domingo a la Asamblea Constituyente con más del 40% de los votos, han sido atacadas.