Solemne ceremonia ayer en el Parque de la Paz de la ciudad nipona de Nagasaki. | Efe - KYODO

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Nagasaki conmemoró ayer el 66 aniversario del bombardeo atómico que acabó con la vida de más de 100.000 personas, con un llamamiento en favor de la energía renovable en lugar de la nuclear y la asistencia, por primera vez, de un representante de EEUU a la ceremonia.

A las 11.02 hora local el momento en que la bomba estalló a unos 500 metros sobre Nagasaki, las campanas recordaron en el Parque de la Paz de esta ciudad a las víctimas del segundo ataque nuclear de la historia, que mató de forma instantánea a unas 70.000 personas.

Además del encargado de negocios de la Embajada estadounidense en Japón, James P. Zumwalt, a la ceremonia asistieron el primer ministro nipón, Naoto Kan, y representantes de otros 45 países. El alcalde de Nagasaki, Tomihisa Taue, se refirió en su Declaración por la Paz al accidente en la central nuclear de Fukushima y se refirió a la incredulidad que le produjo que tuviera lugar en un país cuyo compromiso ha sido «no más hibakusha» (como se conoce en Japón a las víctimas de la bomba atómica).

Seguridad

«No importa cuánto nos lleve, es necesario promover el desarrollo de las energías renovables en lugar de la energía nuclear para convertirnos en una sociedad con una base energética más segura», dijo.

El primer ministro nipón defendió, al igual que hace cuatro días en la ceremonia que conmemoró el bombardeo atómico de Hiroshima, reducir la dependencia de Japón de la energía nuclear tras la crisis en Fukushima e investigar a fondo las causas del accidente.

Kan volvió a defender los tres principios no nucleares de Japón (no poseer, producir o introducir armas atómicas en el país), al tiempo que destacó el compromiso de la nación para liderar los debates globales que buscan acabar con la proliferación nuclear.