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La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, ha asegurado que la represión del régimen sirio contra los manifestantes que exigen la renuncia del presidente Bashar al Assad ha causado la muerte de más de 2.000 personas desde que se iniciaron las protestas en marzo.

«Creemos que hasta la fecha el Gobierno es responsable de la muerte de más de 2.000 personas de todas las edades», ha afirmado la jefa de la diplomacia estadounidense, que ha reiterado que el régimen de Al Assad ha perdido toda su legitimidad.

Pero lejos de disminuir, la crisis política prosigue. Al menos once personas murieron ayer por disparos de las fuerzas de seguridad sirias, que tratan de sofocar las masivas manifestaciones que un viernes más volvieron a tomar las calles para protestar contra el régimen de Al Asad.

Ayer se registraron al menos siete fallecidos por las balas de las fuerzas de seguridad en Arbin (al oeste de Damasco), dentro de la jornada bautizada como «Dios está con nosotros». Otras dos personas murieron en Homs (centro), otra en Madamiah (en la periferia de Damasco) y otra más en Deraa (sur).

Estas víctimas se produjeron en un viernes de manifestaciones masivas.