Bachar al Asad, durante el discurso pronunciado en la Universidad de Damasco. | SYRIAN ARAB NEWS AGENCY/HANDOUT

TW
0

El presidente sirio, Bachar al Asad, destacó ayer la importancia de un diálogo nacional para salir de la crisis en Siria y seguir con las reformas, aunque se quejó de «un pequeño grupo de saboteadores» que explota las demandas de cambio.

En un discurso en la Universidad de Damasco, el tercero desde el inicio de las protestas políticas a mediados del pasado mes de marzo, el mandatario denunció que «cuanta más destrucción ocurre, más lejos está Siria del desarrollo y las reformas».

«El proceso de reformas es para nosotros una convicción», señaló Al Asad, que insistió en que «se ha retrasado pero no detenido».

Al Asad volvió a denunciar la existencia de «una conspiración internacional» contra Siria y aseguró que se castigará a «los responsables del derramamiento de sangre en el país».

De los incidentes, que han causado ya más de mil muertos, acusó a grupos armados, delincuentes perseguidos por las autoridades e islamistas radicales.

«Han difamado la imagen de la nación en el exterior, han abierto las puertas a la injerencia extranjera y han cambiado la postura política nacional», denunció.

Sanciones

La Unión Europea rechazó ayer de pleno el discurso del presidente sirio, Bachar al Asad, y abogó por el endurecimiento de las sanciones contra su régimen y una pronta condena de la violencia por parte del Consejo de Seguridad de la ONU.

Al término de una reunión de los titulares de Exteriores de la UE, la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, calificó de «decepcionante» la alocución de Al Asad y le instó a iniciar un «diálogo creíble», aunque dijo que «corresponde al pueblo de Siria juzgar su voluntad de emprender reformas».

El presidente sirio insistió en su alocución en la necesidad de impulsar un diálogo nacional para poner fin a la crisis en Siria, que es, aseguró, objetivo de una «conspiración internacional».