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El aplazamiento por la UE de la aprobación del nuevo tramo de la ayuda a Grecia se hizo sentir hoy sobre los mercados europeos, que dieron de nuevo muestras de inquietud con cierres generalizados a la baja de las bolsas y un repunte de las primas de riesgo de algunos países.

Los inversores dieron no obstante un respiro a España, que consiguió esquivar la reacción negativa que tuvieron el resto de países periféricos de la Unión Europea (UE).

La bolsa española, que bajó un 2,14 por ciento en las primeras horas de la jornada, terminó con un descenso del 0,96 por ciento, que le permitió mantenerse sobre el nivel de los 10.000 puntos.

La prima de riesgo de España -el diferencial entre la rentabilidad del bono español a diez años y el alemán del mismo plazo-, cerró en 262 puntos básicos, en un nivel similar al del pasado viernes, tras alcanzar los 272 puntos a primera hora.

El compromiso logrado por los ministros de Economía y Finanzas de la Eurozona de volver a reunirse el 3 de julio para analizar si Grecia cumple las condiciones para desbloquear los 12.000 millones de ayuda relajó el nerviosismo inicial de los inversores, que esperan que para entonces Atenas haya dado el visto bueno a las nuevas medidas de austeridad exigidas.

Pero el fracaso de la reunión de este domingo en Luxemburgo pasó hoy factura a algunos países como Italia, cuyo principal indicador bursátil cerró la jornada con un descenso del 2 por ciento, aunque llegó a bajar casi el 3 por ciento en algunos momentos de la sesión.

Además, la prima de riesgo de este país, que en los últimos doce meses mantuvo su diferencial en 154 puntos básicos de media, rozó hoy los 200 puntos, para concluir la jornada en 188 puntos básicos.

Portugal también sufrió la suspicacia de los inversores, con una caída del 2 por ciento en su principal índice bursátil y con un notable aumento de la rentabilidad de su deuda soberana, que hizo que la prima de riesgo respecto a Alemania avanzara hasta los 792 puntos básicos, frente a los 764 puntos del viernes.

Pero fue Grecia el país más afectado, con una subida de su prima de riesgo hasta los 1.402 puntos básicos ante el temor a que finalmente no pueda hacer frente a sus deudas.

Otras plazas europeas, aunque menos afectadas, sufrieron también caídas, como el caso de París, que cedió un 0,63 por ciento, que situó a su índice de referencia, el CAC-40, en 3.799,66 puntos frente a los 3.823,74 enteros de la última sesión.

También la Bolsa de Fráncfort cerró en rojo, con una bajada de 13,84 puntos, un 0,19 por ciento hasta los 7.150,21 puntos.

Gran Bretaña, que no forma parte del euro, se vio afectada por los temores en torno a Grecia y el principal índice de la Bolsa de Londres, el FTSE-100, registró una caída a un mínimo en tres meses al perder 21,55 puntos, un 0,38 por ciento, terminando en 5.693,39 unidades.

Poco después de que los países del euro emplazaran a Grecia hasta el 3 de julio para acometer las reformas exigidas, el Fondo Monetario Internacional (FMI) dijo hoy que necesita garantías de que el programa de rescate griego está financiado antes de aprobar la parte que le corresponde del quinto tramo de ayuda.

Además, el organismo internacional advirtió a la UE del peligro de que «las tensiones se extiendan a la región central del euro» y afirmó que Europa debe redoblar los esfuerzos para lograr una unión monetaria más sólida.

Mañana martes, Grecia se someterá a una nueva prueba con la emisión de letras del tesoro a tres meses para intentar recaudar 1.250 millones de euros.

Y el primer ministro griego, Yorgos Panpandréu, que acaba de cambiar al ministro de Economía, someterá a su Ejecutivo al voto de confianza en el Parlamento, mientras las protestas en la calle exigen una marcha atrás en los recortes programados.

Hoy, Papandréu aseguró en Bruselas que está decidido a «hacer todo lo necesario» para arreglar la situación y expresó su confianza en que el Parlamento adopte a finales de junio el nuevo paquete de medidas de austeridad.

El nuevo programa prevé un recorte del gasto público de 28.000 millones de euros hasta 2015, con bajadas de salarios y aumento de impuestos, además de la venta de bienes del Estado por unos 50.000 millones de euros.

Según los expertos, es vital que la UE acuerde cuanto antes el nuevo tramo de ayuda a Grecia para acabar con la actual situación de «tensa espera» que viven los mercados y que castiga sobre todo a los países periféricos como Portugal, España e Irlanda.