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Carole y Michael Middleton, padres de la ya esposa del príncipe Guillermo, Catalina, ofrecerán hoy en el hotel Goring de Londres una fiesta privada con cena a un centenar de invitados para celebrar la boda de su hija.

Ese acto, de menor dimensión que el organizado en el Palacio de Buckingham, comenzará con una recepción en la que se ofrecerá champán a cada uno de los invitados, que también asistieron esta mañana al oficio religioso en la abadía de Westminster.

El hotel Goring es el lugar donde la nueva duquesa de Cambridge pasó su última noche de soltera antes de contraer matrimonio con el príncipe Guillermo, su novio durante los últimos ocho años.

Varios allegados al matrimonio Middleton comentaron a los periodistas sus impresiones sobre la ceremonia y, especialmente, acerca del aspecto de Catalina, a su regreso al hotel después del enlace.

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«La novia estaba absolutamente encantadora y el vestido de boda era espléndido», dijo el presidente del club Reading, de la segunda categoría del fútbol inglés, sir John Madejski, amigo de la familia Middleton desde hace años y asistente a la fiesta privada en el hotel.

Se refirió a «lo bonita» que dejaron los organizadores la abadía de Westminster, donde tuvo ocasión de conversar mientras esperaban el inicio del servicio religioso con el primer ministro del Reino Unido, el conservador David Cameron, y con el actor británico Rowan Atkinson, conocido por el personaje de Mr. Bean.

Entre los invitados a la fiesta, con los Middletone como anfitriones, estarán también algunos vecinos de la familia en el condado de Berkshire, como Vickie Downie, que destacó la calma con la que los padres de Catalina afrontaron la ocasión.

«Fue maravilloso, fabuloso. Pensaba que estarían muy nerviosos, pero parecían muy calmados. Ha sido realmente emocionante estar aquí», aseguró esa afortunada vecina, que podrá disfrutar de la cena elegida por el matrimonio Middleton para la ocasión.