Seguidoras del expresidente corean consignas en su apoyo en las calles de El Cairo. | YOUSSEF BOUDLAL

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El derrocado presidente de Egipto Hosni Mubarak es corresponsable de la muerte de 846 personas durante la revuelta contra su régimen, según concluyó la comisión judicial que investiga los hechos durante la revolución en el país norteafricano.

«La orden de disparar contra los manifestantes fue sólo posible con su consentimiento», según el secretario de la comisión, el juez Omar Marwan. «El uso de armas de fuego duró varios días y Mubarak no llevó a nadie ante la Justicia por usar munición real», añade.

La comisión encargada por el consejo militar que gobierna el país ha publicado un informe de 400 páginas que investiga las medidas que el régimen de Mubarak tomó durante los 18 días que duraron las protestas en El Cairo y otras ciudades egipcias.

Para ello se ha conversado con más de 17.000 funcionarios, policías, manifestantes y otros testigos. Además, se han analizado más de 800 vídeos y fotos de aficionados.

Protestas

El informe se centra sobre todo en las fases más violentas de las protestas, como las brutales intervenciones policiales y los ataques contra manifestantes en la plaza Tahrir, en el centro de El Cairo, que propinaron con bastones miembros del partido gubernamental, así como de los servicios secretos.

En las intervenciones de la policía se empleó munición real contra los manifestantes. Se abrió fuego de forma letal con «disparos contra la cabeza y el pecho», añade.

El entonces ministro del Interior, Habib al Adli, comparecerá por ello el próximo domingo ante los jueces.

Aun cuando no hay una orden por escrito de Mubarak que autorice los disparos, la comisión le considera corresponsable. En base a la estructura de mando que existía en el régimen, tuvo conocimiento de los acontecimientos y pese a todo no hizo nada para impedirlo.