Roberto Maroni y Claude Gueant, tras el acuerdo para frenar la entrada de refugiados de Àfrica. | Efe - MATTEO BAZZI

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Italia y Francia han acordado establecer un grupo de trabajo para adoptar medidas con el fin de frenar la inmigración desde las costas de Túnez, en particular patrullas conjuntas con medios navales y aéreos de las costas del país magrebí.

Así lo anunció ayer el ministro del Interior, Roberto Maroni, tras el encuentro mantenido en Milán con su homólogo francés, Claude Guéant, para abordar el tema del gran flujo migratorio que ha recibido Italia en los últimos dos meses desde el norte de Africa a raíz de las revueltas populares en la zona.

Esfuerzo común

Maroni insistió en que Italia y Francia no pueden ser dejadas solas en la tarea de hacer frente a la inmigración y subrayó que se trata de una cuestión que requiere «un esfuerzo común europeo».

Para solicitar ese esfuerzo, explicó Maroni, «hemos concordado en la necesidad de desarrollar una acción común sobre algunas cuestiones».

Así, manifestó que se establecerá un grupo de trabajo conjunto para adoptar iniciativas con el fin de bloquear las salidas de inmigrantes desde Túnez y que se estudiarán de forma conjunta programas de repatriación voluntaria para aquellos inmigrantes a los que Italia conceda permisos de residencia temporales.

Precisamente, la decisión del Gobierno italiano de conceder permisos de residencia temporales a los inmigrantes tunecinos llegados a sus costas hasta el pasado martes para que así pudieran circular libremente por el área Schengen había generado tensiones entre Roma y París.

Y es que el Gobierno francés había señalado que no era suficiente con tener uno de esos permisos para poder gozar de la libre circulación y que era necesario cumplir con una serie de requisitos, por lo que se reservaba el derecho de devolver a Italia a aquellos inmigrantes que no cumplieran con todas las condiciones. El titular de Interior francés se mantuvo ayer firme sobre este aspecto.

Pasaporte y dinero

Guéant admitió que los permisos de residencia concedidos por Italia abren la posibilidad de una libre circulación, pero recalcó que ésta se verá limitada por «las condiciones expresadas en los tratados».

Unas condiciones que prevén, según el ministro galo, «poseer un pasaporte y recursos suficientes para asegurarse la estancia y el regreso al país de origen».