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Las tropas de Muamar el Gadafi consiguieron ayer cercar la ciudad de Ajdabiya, a 160 kilómetros de Bengasi, un enclave estratégico para poder aislar la zona controlada por los rebeldes de su conexión con el exterior y sitiar su principal bastión en la segunda urbe del país. Ayer por la tarde se podía ver a miles de personas que huyan a la desbandada de la ciudad.
El bombardeo de los aviones de Gadafi, apoyado por el lanzamiento de obuses desde barcos de guerra situados frente a las costas de Ajdabiya, permitió que las fuerzas terrestres se aproximasen a la ciudad y la sometiesen a un intenso fuego de artillería pesada, según la cadena qatarí Al Yazira. Las tropas del régimen de Trípoli lograron acceder a algunos barrios periféricos de la ciudad y controlan ya su zona oriental y occidental, mientras que los rebeldes se han replegado hacia el centro urbano, según un corresponsal de la cadena qatarí.
Contradicciones
En medio de informaciones contradictorias sobre la suerte de la ciudad, Fathi Terbel, miembro del Consejo Nacional Transitorio (CNT), órgano dirigente de los rebeldes, aseguró que la ciudad permanece todavía bajo su control. Terbel reconoció que el ataque ayer de las fuerzas de Gadafi «por tierra, mar y aire» sobre Ajdabiya les cogió «por sorpresa» por lo que realizaron un «repliegue táctico» pero posteriormente atacaron el flanco de retaguardia de los leales al régimen.
El dirigente rechazó asimismo que las fuerzas de Gadafi se hayan hecho con el control del enclave petrolero de Briga, cercano a Ajdabiya. Por su parte, el segundo canal de la televisión estatal libia afirmó que la ciudad se encuentra ya bajo control de las fuerzas de Gadafi.
El dirigente rebelde aseguró que la situación en Bengasi era ayer de «calma total» y afirmó que dos aviones insurgentes bombardearon tres buques de guerra de Gadafi, hundiendo a dos ellos y alcanzando a otro. Se trata de barcos mercantes reconvertidos por Gadafi en buques de guerra, que lanzaron obuses sobre Ajdabiya desde una posición cercana a sus costas, según explicó.
Los dirigentes rebeldes libios, asimismo, reclamaron a las potencias occidentales que «asesinen» a Gadafi, según informaron fuentes rebeldes al diario británico The Guardian. Según el portavoz del CNT, Mustafá Gheriani, una delegación rebelde había hecho esta solicitud al presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, y a la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, en París.
Por su parte, Gadafi afirma que si los gobiernos occidentales se comportan «con nosotros» como en Irak, «Libia se saldrá de la alianza internacional contra el terrorismo, nos aliamos con Al Qaeda y declaramos la guerra santa», en una entrevista concedida al diario italiano Il Giornale. El coronel asegura que se siente «traicionado» por su hasta ahora amigo, el primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi, con quien no mantiene ninguna relación, y que Sarkozy, tiene una especie de «desorden mental» porque «ha dicho cosas que sólo podría decirlas un loco».