El presidente interino de Túnez, Fuad Mebaza, durante el anuncio que realizó ayer. | STRINGER

TW
0

La convocatoria de elecciones a una Asamblea constituyente para el próximo 24 de julio, anunciada por el presidente interino de Túnez, Fuad Mebaza, es el primer paso concreto del proceso de transición de este país tras la revolución que depuso al anterior mandatario, Zine el Abidín Ben Alí.

En un discurso televisado al país, Mebaza anunció que el objetivo de esta convocatoria electoral es «servir a las aspiraciones del pueblo tunecino y su revolución».

En su alocución, Mebaza afirmó que «se anunciará la formación de un nuevo gobierno provisional que trabajará hasta que entre en funcionamiento la Asamblea Constituyente, la que será elegida por los ciudadanos en unas elecciones libres y transparentes por primera vez en la historia del país». Asimismo, el presidente interino de Túnez manifestó que «se redactará una nueva ley electoral antes de fin de mes», a la vez que precisó que «el proceso electoral se está organizando al mismo tiempo», sin dar más detalles al respecto.

Constitución

Según Mebaza, «la constitución actual no responde a las nuevas aspiraciones del pueblo ni puede consolidar la democracia real», por lo que es necesario proceder a elaborar otra, acorde con los nuevos tiempos.

Mebaza insistió en que todos los actores políticos, sindicales así como los representantes de la sociedad civil están colaborando en «impulsar el proceso de la transición».

El presidente interino de Túnez puso de manifiesto que todos coinciden en que «hay tentativas por parte de algunas entidades en sembrar la violencia, el desequilibrio y el miedo», en aparente alusión a los incidentes ocurridos el fin de semana en la capital en los que al menos cinco personas resultaron muertas.

Dichos enfrentamientos tuvieron como consecuencia la dimisión, el domingo, del primer ministro, Mohamed Ghanuchi, muy contestado por la oposición tunecina, que lo consideraba un hombre del régimen de Ben Alí, dado que llevaba en el cargo diez años y había asumido la jefatura del Ejecutivo de transición en medio de una gran polémica.