Un grupo de mujeres participa en la localidad de Khorramabad en la fiesta de la Ashura. | MORTEZA NIKOUBAZL

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La fiesta de Ashura, la más importante del calendario islámico chií, se tiñó ayer de sangre en Irán con un atentado suicida que causó la muerte de al menos 38 personas y dejó heridas a medio centenar más.

El ataque, el tercero que sufre el país en los últimos cuatro meses, ocurrió a primera hora de la mañana en la ciudad portuaria de Chabahar, situada en la conflictiva provincia de Sistán Baluchistán, fronteriza con Pakistán.

Según el relato oficial, sobre las 10:30 de la mañana hora local (6:00 GMT), un hombre de mediana edad hizo estallar el explosivo que llevaba adosado al cuerpo en medio de una multitud de fieles que se agolpaban a la puerta de la mezquita del «Iman Husein», en el centro de la ciudad.

La tragedia, sin embargo, pudo ser mayor ya que de acuerdo con el gobernador de la localidad, Alí Batahi, la policía pudo detectar y detener a tiempo a otro hombre, al que al parecer le habría fallado el dispositivo cuando trataba de hacerlo detonar. «Había dos terroristas, que fueron identificados por nuestros agentes, pero desafortunadamente uno de ellos consiguió hacerse explotar antes de que lo pudiéramos impedir», afirmó.

Detención

Batahi, citado por la agencia de noticias estatal Irna, reveló, asimismo, que el principal responsable de la operación ha sido detenido y se halla bajo custodia policial».

Horas después, y en una información divulgada por la televisión por satélite en árabe Al Arabia, el grupo rebelde baluche suní «Yundulá» (Ejército de Dios) asumía la responsabilidad del ataque.

Al citado grupo, las autoridades iraníes le atribuyeron el pasado año la autoría de los dos atentados más sangrientos perpetrados en el país en las últimas dos décadas. Su líder, Abdul Malek Rigi, fue capturado el pasado febrero por las autoridades iraníes, que lo condenaron a muerte y lo ahorcaron meses después.

El régimen iraní vincula a Yundulá con los servicios secretos de Estados Unidos y el Reino Unido, a los que acusa de financiar y entrenar a este grupo. En mayo del pasado año, otro supuesto miembro de Yundulá mató a 25 personas en un atentado suicida.