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La pobreza global sigue siendo un fenómeno que predomina en áreas rurales pese a los progresos de la última década, que han salvado a más de 350 millones de campesinos de la miseria extrema, según un informe divulgado ayer en Londres por el Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (IFAD).

El citado documento muestra que en los últimos diez años la tasa total de pobreza extrema registrada en áreas rurales de países desarrollados -personas que viven con menos de 1,25 dólares al día- disminuyó al pasar del 48% al 34%.

Sus autores también destacan un incremento alarmante en el número de personas extremadamente pobres de zonas rurales del Àfrica Subsahariana, aunque el porcentaje de individuos que vive con menos del equivalente a 1,25 dólares al día, cifrado en el 62%, cayó levemente desde 2001.


Asia

El documento también observó la persistencia de pobreza en áreas rurales en el subcontinente surasiático, que alberga a la mitad de los 1.000 millones de personas afectadas por la miseria extrema que habitan áreas campestres del mundo.

La creciente volatilidad en los precios de los alimentos, los efectos del cambio climático o un abanico de limitaciones en los recursos naturales, entre otros factores, complicarán los esfuerzos futuros para reducir la pobreza en zonas no urbanas, según el informe.

Los profundos cambios experimentados en los mercados agrícolas están generando oportunidades prometedoras para los pequeños granjeros. Con ellas se impulsará, de forma significativa, su productividad, necesaria para asegurarse de que hay comida suficiente para la población cada vez más urbanizada, y que, según estimaciones, podría alcanzar los 9.000 millones de personas antes de llegar al año 2050.

El documento señala progresos hechos en otras regiones, como la caída del índice de extrema pobreza en zonas rurales en más de la mitad de América Latina y en casi la mitad en Oriente Medio y el norte de Africa.