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El presidente estadounidense, Barack Obama, realizó una visita sorpresa a Afganistán ayer, donde elogió a las tropas de su país por el sacrificio y el «importante progreso» en una guerra de más de nueve años ampliamente impopular en casa. El mandatario estuvo por cuatro horas en una base militar estadounidense en las afueras de la capital afgana y canceló un viaje planeado en helicóptero hasta Kabul para reunirse con su homólogo Hamid Karzai debido al mal tiempo. En cambio, ambos líderes hablaron brevemente por teléfono. Obama ante sus tropas que los «avances son lentos» en Afganistán.

El viaje, el segundo de Obama como presidente a Afganistán, se produce mientras la Casa Blanca se prepara para entregar una revisión de la estrategia de guerra durante la semana del 13 de diciembre, y un día después de que se filtraran cables detallando las preocupaciones de Estados Unidos sobre la capacidad de Karzai para gobernar y la corrupción extendida.

Obama está bajo una fuerte presión para demostrar un avance en la guerra de nueve años, y dijo a casi 4.000 soldados reunidos en un hangar que estaban ganando terreno contra los insurgentes. «Hoy podemos estar orgullosos de que hay menos áreas bajo control de los talibanes», afirmó Obama, en un discurso repleto de elogios para los soldados y la carga que soportan sus familias.

«Habíamos dicho que íbamos a acabar con el ímpetu de los talibanes y eso es lo que ustedes están haciendo, van a la ofensiva, cansados de estar a la defensiva», afirmó el presidente a la multitud, compuesta en mayor parte por soldados estadounidenses.