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Egipto participa hoy en la segunda vuelta de unas elecciones legislativas cuya legitimidad ha quedado en duda por las irregularidades denunciadas en la primera ronda, que derivaron en la retirada de los dos principales grupos opositores. Cerca de 28 millones de habitantes del país más poblado del mundo árabe elegirán a los 283 diputados del total de 508 que no quedaron cubiertos en la primera ronda, que ganó con abrumadora mayoría y dudosa limpieza el gobernante Partido Nacional Democrático (PND).

El PND, el grupo político del presidente Hosni Mubarak, en el poder desde 1981, se adjudicó 209 legisladores, y el resto, hasta 221 escaños, fueron para independientes y fuerzas políticas de la oposición. Pero el PND tiene todas las de ganar hoy, porque en muchas de las circunscripciones los dos candidatos que compiten son de ese mismo partido, o son un aspirante del PND y un militante de ese grupo que se inscribió al margen de la lista oficial.

Con esos cálculos, antes de que el primer egipcio deposite hoy su voto en la urna, el PND tendrá aseguradas las tres cuartas partes del Parlamento, al margen de los escaños que pueda lograr cuando se cierre la votación de hoy.
Los dos partidos más importantes de la oposición, el grupo islámico los Hermanos Musulmanes y el liberal Wafd, decidieron no concurrir a la segunda ronda para no hacerle el juego el régimen de Mubarak, al considerar que las irregularidades de la primera vuelta fueron tan graves que no garantizan una votación limpia.