El General Walter L. Sharp, comandante de los 28.500 efectivos estadounidenses destacados en Corea del Sur, ayer en Yeonpyeong. | José Sanchís

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A un día de las maniobras militares de Estados Unidos y Corea del Sur, la tensión crece en la frontera del Mar Amarillo (Mar Occidental), alimentada por las continuas amenazas de Corea del Norte.

Mientras el Ministerio de Asuntos Exteriores chino advirtió ayer de que se opone «a cualquier operación militar sin permiso en su zona económica exclusiva».

La zona económica exclusiva de China incluye la mitad oriental del Mar Amarillo, en el que EEUU y Corea del Sur van a llevar a cabo las maniobras, aunque en principio no parece que éstas vayan a alejarse de la costa surcoreana, por lo que no deberían entrar en el área que defiende Pekín.

Disparos

El régimen comunista norcoreano redobló su beligerancia verbal contra los ejercicios militares e hizo que su artillería se escuchara en la isla surcoreana de Yeonpyeong, donde el martes 23 cuatro personas murieron en un ataque de Pyongyang.

En esa isla fronteriza se escuchó ayer el sonido de explosiones desde el cercano territorio de Corea del Norte, algo que en un primer momento causó alarma pero que finalmente se determinó procedente de un entrenamiento militar rutinario de las fuerzas norcoreanas.

Un portavoz militar surcoreano informó que ningún obús cayó sobre la isla o en el Mar Amarillo, donde mañana Corea del Sur y EEUU tienen previsto iniciar cuatro días de maniobras con la participación del imponente portaaviones nuclear George Washington, que se dirige ya a la zona.

El general Walter Sharp, comandante de los 28.500 efectivos estadounidenses estacionados en Corea del Sur, visitó ayer la isla objeto de un ataque que consideró una «clara violación del armisticio» con el que en 1953 se puso fin a la Guerra de Corea.